El gobierno anunció ayer la fusión de al menos seis ministerios y la unificación, absorción o eliminación de instituciones oficiales con el objetivo de reorganizar el Estado y hacer más eficiente el gasto público, según reveló el ministro de Administración Publica, Sigmund Freud, en el encuentro La Semanal con la Prensa, encabezado por el presidente Luis Abinader.
Se trata de la más amplia reforma en el aparato estatal acometida en décadas, que abarca juntar al ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo con el de Hacienda, que sería denominado ministerio de Hacienda y Economía, así como llevar al Ministerio de Educación Superior al de Educación.
El ministerio Administrativo de la Presidencia quedaría a degradado a “secretariado” bajo la sombrilla del Ministerio de la Presidencia, en tanto que el Instituto Agrario Dominicano pasaría a control del Ministerio de Agricultura, y la administradora de Subsidios Sociales sería combinada con el Programa Supérate.
La Comisión Presidencial de Apoyo al Desarrollo Provincial, pasaría a formar parte del Ministerio de Vivienda, y los Comedores Económicos al Plan Presidencial Contra la Pobreza, además de eliminar al menos siete direcciones y consejos, incluido la emblemática Caja de Ahorro para Obrero y Monte de Piedad.
El presidente Abinader ha dicho que con el paquete de fusiones, absorciones y eliminaciones, no se pretende disminuir al Estado, sino hacerlo más funcional, lo que indica que bajo ese precepto el gobierno tendría que identificar a otras muchas instituciones que son inoperantes o que realizan mismas funciones.
Ese programa de reordenamiento del Estado debería ejecutarse con mucho cuidado y ponderación a los fines de evitar que se creen especies de súper ministerios con características o condiciones elefantiásicas o que confronten contradicciones en su visión y propósitos.
Conviene revisar la pertinencia de unificar a los ministerios de Educación Superior, con el zarandeado ministerio de Educación, cuyo ámbito de competencia se circunscribe al ámbito educativo básico y preuniversitario, con recursos de la ley del 4%, que no podrían invertirse en el ámbito universitario.
Fusionar, absolver o eliminar ministerios e instituciones públicas obsoletas o deficientes es una iniciativa oportuna y necesaria para hacer más eficaz al Estado y para reducir el gasto público, pero es menester que se revise con cuidado las decisiones que las autoridades encaminen en ese sentido para que el tiro no salga por la culata.