Desde las neveras hasta los maceteros, tal parece que en esta época todo es inteligente, y en gran parte este fenómeno obedece a la implementación progresiva de sensores y desarrollos como el Bluetooth y el WiFi, siendo estos elementos algunas de las claves del entorno de la Internet de las Cosas (IoT) que posibilita conceptos como hogar inteligente y ciudad inteligente.
Todo en esta época tiene el potencial de ser inteligente, y eso aplica a animales, plantas y vegetales por igual, siendo el último caso quizás un poco difícil de imaginar y comprender dado que estos productos comestibles no se mueven ni hacen trucos especiales como lo harían perros, gatos, aves o peces. De hecho, si queremos consumirlos tenemos que comprarlos en un mercado o bien recolectarlos si hemos adoptado un estilo de vida nómada.
¿Cómo podría ser un vegetal un ente inteligente? La respuesta, tal como se vio en CES 2020, es, por supuesto, tecnología. En el Eureka Park, el área destinada a startups de nuevo ingreso e ideas sumamente novedosas, hubo un stand sencillo y algo solitario que llamó la atención tanto por sus características como por estar adornado con el poster de una papa que da la bienvenida al futuro.
En el stand había una sola persona, Nicolas Baldeck, que hablaba emocionadamente de una papa capaz de responder preguntas y expresar sentimientos, propuesta que atrajo grupos de personas en más de una ocasión.
El secreto de la papa inteligente es una antena que contiene electrodos de oro y zinc que al introducirse en la papa conectan con los electrolitos de la misma para así destapar el poder cognitivo y de toma de decisiones de la humilde papa. La antena, llamada Neuraspud, conforma una avanzada interfaz que permite conectar papas y computadoras de una manera sencilla y eficaz. Una vez introducida la antena basta con hacer cualquier pregunta para obtener una respuesta.
Si esta idea luce absurda o jalada de los moños, la razón es sencilla: aun cuando la antena es un producto real, este asunto de la papa inteligente en CES 2020 fue más bien un performance artístico cuyo objetivo consistió en llamar la atención respecto a la cantidad de cosas «inteligentes» que invaden el mercado sin resolver un problema real siquiera.
Según la visión de Baldeck, quien invirtió 5,000 dólares para llevar su papa inteligente hasta CES 2020, lo «inteligente» o «smart» no pasa de ser una cuestión de marketing, y si hacemos una introspección seria es muy probable que concluyamos que tiene razón.
La papa resultó llamativa, por tanto podría decirse que Baldeck logró su objetivo, tanto que esta papa será presentada en una galería de arte de París para luego ser subastada. La inspiración, por supuesto, ha sido la famosa banana de MaurizioCattelan en Art Basel en Miami.
