Con “Disney en concierto”, Amaury Sánchez llena esta fantasía de dignidad, empuje y estética

José Rafael Sosa

Joserafael.sosa@gmail.com

La vida justifica, sólo en oportunidades, todo su sentido de ser cuando se cruzan los caminos de afanar profesional, de escenario en escenario, de show en show (unos buenos, otros excelentes, otros fraudulentos) con el producto del trabajo de Amaury Sánchez.

Disney en concierto, que produjo la visión artística de Amaury Sánchez en el Teatro Nacional, logro convidar al recorrido por 31 películas del mundo de aventuras, fantasías y valores que por varias generaciones y han creado los películas inolvidables, coloridas, musicales, llenas de vida y fantasía, presentadas ahora sobre un talentoso potencial joven que impregnó, como la magia de las buenas brujas del bosque, de dignidad estética a un montaje digno y de calidad transnacional. Se evidenció con este trabajo que ante la bondad y belleza del arte, todos los pueblos son uno, igual de entregados, similares en su generosa dación de emocional ante lo bien logrado. Notable la actuación de la orquesta de base, elevada a una categoría profesional envidiable y sentido el respaldo del coro de voces jóvenes que se lució en las interpretaciones. Un aspecto a revisar es el vestuario de los intérpretes que pudo haberse acercado más al mundo Disney.

Las voces nuevas

José Julio (JJ) es un rostro relativamente nuevo. Intenso, fluido y de gran empuje. Techy Fatule, es artista de compromiso con sus desafíos. Más que su apariencia juvenil y sexi, lo que trasciende en ella es su entrega. Javier Grullón, de los nuevos talentos el más impactante y polifacético.

Leonor García, otra figura finísima de la nueva interpretación con una voz penetrante. Manny Cruz, revelación masculina. Voz sentida a fondo. Amaurito Sánchez, en base a una buena entonación y gracia, se ganó el aplauso del público. Carolina Rivas, experimentada, dúctil, penetrante. Laura Rivera, una voz que debía ser apreciada universalmente, con registros sentidos y tonalidades emocionales únicas a su cantar. Héctor Aníbal, de una trayectoria más extendida, ratificó su marca. Voz timbrada.