El Ministerio Público y Justicia están compelidos a enviar contundente señal a la sociedad de que jamás quedarán impunes crímenes tan aborrecibles como el perpetrado contra una estudiante universitaria haitiana violada y asesinada por individuos en una barriada de Santo Domingo Este, del que se acusa a un militar y un civil.
Roodline Lindor, de 20 años, quien cursaba carrera en la Universidad Utesa, habría sido conducida bajo engaño por Eddy Sterlin Mendosa y el raso de la Fuerza Aérea Rafael Alberto Arias a una casa abandonada donde la ultimaron después de abusarla sexualmente. La muchacha gestionaba con sus supuestos victimarios el alquiler de una vivienda para lo cual les había entregado 18 mil pesos.
Estudiantes y profesionales haitianos han reclamado que los tribunales juzguen y condenen a los autores de tan abominable hecho, lo que por igual reclama una consternada sociedad dominicana que se considera agredida y ofendida por ese acto de crueldad y salvajismo.
En medio de la congoja que ha causado el asesinato de la joven Lindor, estudiantes haitianos que cursan carreras en diferentes universidades nacionales han denunciado que son víctima de recurrente extorsión por parte de autoridades de Migración que los apresan a pesar de que presentan documentación de residencia legal.
Se afirma que muchos estudiantes son detenidos por autoridades que luego exigen el pago de dinero para ponerlos en libertad, grave denuncia que la Dirección de Migración y el Ministerio de Interior y Policía deben investigar.
El asesinato de esa estudiante y la denuncia de acoso migratorio contra la comunidad estudiantil haitiana se erigen en sólidos argumentos que sostienen las recurrentes denuncias en el exterior sobre xenofobia y violación de derechos contra inmigrantes, ilegales o no, del vecino país.
Es menester identificar a inspectores de Migración y agentes policiales o militares que, según la denuncia, destruyen la documentación que les presentan estudiantes haitianos apresados durante redadas para luego exigirles pago de peaje para liberarlos.
Al consignar consternación e indignación por el asesinato de la joven Roodline Lindor y preocupación por la denuncia de hostigamiento contra estudiantes haitianos, se reclama que los autores de ese homicidio sean traducidos a los tribunales y que se respeten los derechos de esos inmigrantes.

