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Correcto muro fronterizo

Correcto muro fronterizo

El incidente ocurrido en el paraje fronterizo La Palmita el día diez de noviembre reciente, en que un grupo de médicos fue secuestrado durante tres horas por una pandilla de desarrapados haitianos ante la pasividad de dos militares dominicanos, en vez de interpretarse de simple censura a la desprotección de la línea demarcatoria que divide La Española en dos Estados, debe asumirse como gran oportunidad de precisar pautas definitorias para superar el centenario incordio con nuestro incómodo e invasivo vecino, que desgloso.

Desde hace un buen tiempo, diversos sectores se dividen entre postular construir un muro fronterizo como solución al cada vez más peligroso entorno, y otros definen otras soluciones.

El más empecinado vocero de construir un muro proviene del vinchismo, sin aportar las consecuencias reales de ese proyecto, que en otras experiencias han demostrado fallidas, mientras empresarios con intereses fabriles fronterizos postulan por nichos industriales, y la Iglesia Católica, que avala la fusión de La Española opone el muro.

Juan Vicini, representante del Grupo Inicia, junto a Fernando Capellán, Manuel Estrella Cruz y Félix García Castellanos, los relevos capitanes de empresas de León Jimenes, Bermúdez y Espaillat, la vieja oligarquía santiaguense, aseguran poder crear 400 mil empleos en un corto plazo entre Bonao y Cabo Haitiano, mediante el entramado de zonas enclavadas entre los dos polos atravesando el de Santiago de los Caballeros, y para ese proyecto, el Puerto de Manzanillo y una red ferroviaria entran en el paquete.

Una escuela de análisis del problema fronterizo postula crear un Tratado de Libre Comercio entre los dos Estados que regularice el irregular comercio imperante, que conspira contra las aspiraciones fiscales de ambos países, organizando los mercados de Dajabón, Jimaní, Elías Piña y Pedernales, con dependencias de Aduanas, J2 y la DGII, y en esos puntos procede construir un portón perimetral que regule el ingreso de haitianos y mercancías trasegadas, no el desaguisado de un muro de 380 kilómetros.

El presidente Danilo Medina, que no cree en soberanía sino en providencias en beneficio de continuar indefinidamente en el poder, un gravísimo error que podría desencadenar sucesos de magnitud impredecible que debiera ahorrarle al país, debiera disponer asentamientos de furgones-cuarteles en puntos estratégicos que el Ministerio de Defensa conoce, con electricidad solar, inversores, cocina, abanicos, pozo tubular para subir agua y otro para descargar, colectar desechos vidrios, plásticos, metales, y biodegradables sepultarlos como abonos, en puntos estratégicos, dotados de equipos de comunicación, televisión, computadoras, para tres soldados, rotando uno la vigilancia cada cuatro horas.

La experiencia planetaria ha demostrado que los muros son infuncionales y efímeros, el primero fue La Gran Muralla China de siete mil kilómetros, una locura, porque es imposible incorporar una tropa enorme para custodiar esa distancia, que siempre fue burlada.

El Muro de Berlín no se violaba porque los alemanes del Este sabían que su gobierno los eliminaba en el intento de cruzar a Occidente, y al final cayó en 1989 con la reunificación de Alemania.

Los muros del Estado de Israel contra dos millones de palestinos acorralados en la Franja de Gaza no es posible cruzarlos porque los palestinos saben que el Tzahal los caza como palomas, y lo propio el de Cisjordania.

En nuestro país, con un gobierno que no cree ni defiende la soberanía, es imposible conjeturar que el presidente Medina ordene providencias expeditivas a quien traspase la frontera, sino todo lo contrario.

El correcto muro fronterizo en nuestro país consiste en aguardar a un gobernante con notaciones de voluntad política de querer y defender a su país y su soberanía, que comunique a su par haitiano que no garantiza la integridad física a todo quien indebidamente viole la línea fronteriza, y en ese tenor, instruir al Ministro de Defensa, pero para eso se requiere un gobernante de valor, sin temor a las censuras de las fusionistas ONGs, Iglesia Católica, Unión Europea, y aprovechar la coyuntura anti inmigrante del presidente Donald Trump, que resulta imposible que asuma una visión para su país y otra diferente para otros escenarios análogos.

El ordenamiento fronterizo definitivamente no será opción ni solución en los gobiernos entreguistas y antinacionales del PLD, sino que será preciso esperar un cambio y rumbo en el destino nacional para aplicar la corrección no solo de una política migratoria, sino además de tránsito vehicular, endeudamiento externo, anticorrupción, irrespeto a los demás por choferes públicos y conductores privados que no respetan la integridad ajena, todo producto del permisivismo censurable del PLD como estrategia perversa de garantizar el clientelismo y la reelección.

Todo este aquelarre político debe y tiene que concluir con eliminar la era en el poder del PLD.

El Nacional

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