SANTIAGO. A medida que pasan las horas más tensas se torna la situación en la ciudad de San Francisco de Macorís, tanto por los crecientes números de fallecimientos y enfermos producto del coronavirus, como por el inusual patrullaje militar y policial.

El más reciente deceso conocido oficialmente fue el empresario Antonio Vargas, que se produjo en horas de la madrugada de ayer en el hospital militar Doctor Ramón de Lara, de Santo Domingo.

Vargas, hermano del propietario de la empresa francomacorisana de televisión Telenord, era atendido con medicamentos de alto costo desde hacía algunos días en ese centro médico militar, pero el avanzado estado de la enfermedad COVID-19 generada por el coronavirus le provocó un paro cardíaco.

Todas las entradas y salidas hacia ese municipio nordestano son vigiladas por unidades del Ejército de República y la Policía Nacional, quienes provistos de vehículos livianos y semipesados impiden la circulación por esas carreteras.

Entre tanto, el desplazamiento de personas en el interior del pueblo ayer era reducido en comparación con días anteriores. El mayor movimiento de gente se observaba en el mercado municipal, que por decisión de la Alcaldía funciona hasta las 12:00 del mediodía.

Allí la gente va en busca de comprar productos alimenticios, especialmente agrícolas y muchos de ellos lo hacen sin tomar en cuenta las medidas de prevención dadas a conocer por el Ministerio de Salud Pública, para evitar ser contagiadas por el coronavirus.

El pánico que se ha apoderado muchos de los francomacorisanos se va haciendo mucho más notoria, a medida que pasan las horas y el rumor público da cuenta de nuevas personas supuestamente afectadas por el virus.

Prácticamente todos los establecimientos comerciales están cerrados, como consecuencia de la ausencia de los clientes habituales, con excepción de lugares como farmacias, supermercados y pulperías los que, por decreto presidencial, deben cerrar a las 5:00 de cada tarde y hasta las 6:00 de la mañana del siguiente día.