Editorial Opinión

Cretinismo

Cretinismo

La pretendida creación de una nueva provincia con asentamientos extraídos de la de Santo Domingo, representa otro diezmo que la sociedad debe abonar para satisfacer el voraz apetito de un sistema clientelar que se anida sobre el andamiaje institucional de la nación.

Ese despropósito no representa solución a ninguno de los problemas económicos, sociales, de gobernanza o de carencia de servicios básicos a las poblaciones que se intenta segregar, por lo que su objetivo es expresión de desbordante ambición política y crasa irresponsabilidad.

La razón por la cual las bancadas mayoritarias en la Cámara de Diputados y algunos legisladores dispersos entre la minoría votaron a favor de ese proyecto ha sido para congraciarse con intereses electorales asociados a un vergonzante cretinismo político.

Clientelismo legislativo es también el motivo por el cual los honorables congresistas no se atreven a aprobar leyes esenciales como el Código Penal, leyes y reglamentos que se requieren para ajustar normativas constitucionales al ámbito objetivo.

El Congreso ha aprobado la creación de decenas de municipios y distritos municipales con el único propósito de satisfacer apetencias electorales, sin tomar en cuenta que ese tipo de temeridad sólo ha servido para incrementar una burocracia deficiente y cancerígena.

Esta vez se plantea la creación de la provincia Matías Ramón Mella, que estaría integrada por los municipios Santo Domingo Oeste, Santo Domingo Norte, Pedro Brand y Los Alcarrizos, bajo el argumento de que sus pobladores deben recorrer largas distancias para acceder a servicios públicos.

Al amparo de ese criterio entonces sería “conveniente” que se instituya otra provincia en la zona norte del Distrito Nacional, en razón de que el propio Congreso de la República y la mayoría de los ministerios están ubicados al extremo sur, además de que la densidad poblacional es mucho mayor que la de Pedernales.

En medio de una espiral inflacionaria sin precedente que provoca severo desajuste presupuestario y agrava la pobreza, al Congreso se le ocurre proponer la creación de otro elefante blanco con la manifiesta intención de succionar aún más la maltrecha ubre pública.

El Nacional

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