Crímenes como el de los tres jóvenes en Hato Mayor aumentan el temor sobre la proliferación del sicariato, la venganza u otras prácticas que en detrimento de la justicia suelen utilizarse para ajustar cuentas o dirimir rencillas.
Todavía no se ha aclarado el caso del comerciante acribillado por desconocidos frente a su residencia en La Vega cuando Miguel Agustín Santana Santana, Enes Benjamín y Piter Pérez caen en parecidas circunstancias en el sector La China.
Aunque dice estar investigando, la Policía atribuyó de antemano el triple crimen a supuestas viejas rencillas personales entre las víctimas y los victimarios.
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Sin embargo plantea conjeturas al tipificar a los homicidas como “reconocidos delincuentes”. Con tal prontuario se supone que han debido estar detenidos y sometidos a la justicia.
Los tres jóvenes, con edades entre 22 y 25 años, fueron ubicados y abatidos a balazos por los ejecutores.
Las autoridades tienen que prestar atención a ejecuciones para dirimir diferencias de cualquier tipo, así como a la práctica del sicariato.
Son muchos los casos que en abierto desafío a la justicia han ocurrido de un tiempo a esta parte en el país.