¡Cuba siempre: también!
Nuestra columna anterior, con el título “Venezuela siempre”, ha generado una cantidad, para nosotros asombrosa, de comentarios a favor, de críticas con diferentes matices y una limitada cantidad de calumnias y difamaciones que nos ha confirmado lo que sabemos hace mucho tiempo, que, en parte de su composición, es el pueblo dominicano. La seriedad del juicio que tiene el autor de esta columna se lo agradecemos profundamente a Juan Bosch, el gran maestro político dominicano y de América, autor de “Composición social dominicana”, que tal vez es el libro más editado del país. Las calumnias y difamaciones carecen de identificación porque en la mayoría no se identifica el nombre verdadero de su autor. No vamos a volver a escribir ni hacer mención de esas malquerencias. Vamos a hablar de Cuba.
Decía Máximo Gómez, dominicano, “El Napoleón de las Guerrillas”, que entre “Cuba y Santo Domingo existe una cadena de unión cuyo primer eslabón lo forjó Hatuey con su sangre”.
Al igual que Venezuela, tal vez más profunda, está la solidaridad de Cuba con el pueblo dominicano. Incontables han sido los cubanos que murieron por la libertad y la democracia del pueblo dominicano, luchando contra la dictadura, intolerante y represiva de Rafael Trujillo Molina; y Fidel Castro Ruz, desde que llegó a la adolescencia, se incorporó en Cayo Confite, en los finales de la década de 1940-1950, a las fuerzas que se organizaban para combatir contra la dictadura de Trujillo.
Al escribir estas dos columnas, la anterior y ésta, hemos tenido la intención de recordarle a los dominicanos el compromiso de gratitud que tenemos con Cuba y Venezuela. Apoyar a esos dos pueblos, valientes, generosos, solidarios que han sido y son ejemplos de patriotismo y dignidad.
El presidente de Estados Unidos de América, Donald Trump, que es un exitoso hombre de negocios, no es un político profesional, huérfano totalmente, desde el punto de vista intelectual, de la historia de los pueblos de América entre los cuales son ejemplo de patriotismo y valentía, al igual que el pueblo dominicano que han combatido, frontalmente, desde el coloniaje español en América, por construir dentro del régimen republicano, sociedades realmente democráticas, libres e independientes; sin imponer regímenes antidemocráticos, explotadores, para servir a la política del capitalismo imperialista y de países europeos y de la nación estadounidense, blasonada, como la legítima Meca de la democracia y la libertad: lo que es una total e infinita mentira.
¡Cuba siempre, soberana, independiente, republicana y socialista, como la impuso la revolución encabezada por Fidel Castro en 1959!
¡Cuba siempre!, dueña de su destino, como la forjaron JoséMartí y MáximoGómez, y los patriotas hermanos de “Cuba la isla fascinante”, como la llamó Juan Bosch en su obra, objetiva, pedagógica y singular, escrita en los últimos meses del año 1951 y los primeros de 1952.
Libro que recibió numerosos honores en Cuba y el exterior aun cuando fue antes de junio de 1959, que numerosos valientes revolucionarios cubanos llegaron a nuestro país por Constanza, Maimón y Estero Hondo.
Que el presidente Trump y sus asesores no sigan equivocándose de manera tan absurda en la realidad de los pueblos iberoamericanos. ¡Cuba siempre,también!
