Al Ministerio Público y a la Policía corresponde esclarecer todo lo relacionado con la tragedia que ha significado el asesinato a balazos de un ganadero, su esposa, hijo y otra persona, perpetrado por tres haitianos que irrumpieron en la residencia de las víctimas, en una comunidad el municipio Partido, Dajabon.
Uno de los homicidas fue muerto durante un intercambio de disparos con tropas militares, en El Pocito, Guayubín, mientras otro fue capturado vivo y un tercero es perseguido “por aire y tierra” por equipos del Ejército y la Policía, con la encomienda de apresarlo prontamente.
Los individuos penetraron en la residencia del ganadero Ramón Eugenio Medina (Papito), a quien ejecutaron junto a su esposa Carmelina Antonia Cabreja, de 49 años, su hijo Daniel Medina Cabreja, de 19, y una cuarta persona hasta ahora no ha sido identificada. También hirieron a Cristian de Jesús, de 25 años.
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Llama la atención la crueldad y el salvajismo de esos tres sujetos al asesinar al hacendado Medina, esposa e hijo, a un amigo de la familia y herir a otra persona, un crimen a la usanza de las bandas armadas que operan en territorio haitiano, perpetrado al amanecer en una pequeña comunidad fronteriza,
Al haitiano abatido le fue ocupada una escopeta propiedad del ganadero ejecutado, en tanto que la Policía trata de determinar si un lote de perfumes y otras pertenencias contenido en una mochila que cargaba el individuo apresado fue robado en la residencia de los occisos.
Ese cuádruple asesinato, que consterna e indigna a la población de Dajabón y a toda la sociedad, debe motivar una rápida readecuación en los parámetros de prevención y persecución de la delincuencia y criminalidad en todo el territorio nacional, muy especialmente en la zona fronteriza.
Cientos de personas han sido asesinadas en ejecuciones perpetradas por bandas armadas en Haití, que también incurren en secuestros, violaciones, asaltos, atracos, extorsión y otros crímenes, los cuales las autoridades no pueden permitir que esas modalidades de criminalidad se repliquen del lado dominicano.
El presidente Luis Abinader dijo ayer que para tener una seguridad ciudadana digna el país requiere de 32 mil policías, cifra que cree se alcanzaría para 2026, de lo que se desprende que Ministerio Publico y el cuerpo del orden tendrán que frenar la delincuencia y la criminalidad con los recursos disponibles, antes de que el crimen se trague a la sociedad.