El cuadro sobre el rebrote de la covid se ha tornado más sombrío con la escasez de oxígeno y el incremento de la positividad, los casos nuevos y de ocupación de camas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los hospitales.
Los inconvenientes con el oxígeno, que es vital para el tratamiento de la enfermedad, han disparado los precios, mientras el número de pacientes afectados por la pandemia ha creado una verdadera crisis hospitalaria. El proceso de vacunación, que suele verse como la panacea, no ha contenido la alarmante propagación del virus.
El incremento de los contagios ha demostrado que endurecer el toque de queda y exhortar a la población a que se vacune no son suficientes para prevenir la expansión del virus. La situación indica que las autoridades tienen que actuar con más energía para que la gente cumpla con las medidas que se han dispuesto contra la pandemia.
Los problemas en los hospitales y con los insumos traducen la gravedad de un problema que podría tener consecuencias peores para la salud y la economía. Si se ha hecho mucho, como en verdad se ha hecho, el panorama indica que tienen que redoblarse los esfuerzos para que la gente entienda la necesidad de respetar el protocolo sanitario.
En la lucha contra el virus las autoridades no pueden tolerar que se retroceda, sobre todo después de los auspiciosos avances que se han alcanzado. El sombrío panorama que se ha planteado tiene que despejarse cuanto antes.
