Con lo pesado que ha tenido que cargar el país con la crisis haitiana estará siempre bien que se toquen puertas para llamar la atención de la problemática.

El presidente Abinader ha sido el primero en alertar en foros internacionales sobre las consecuencias económicas y sociales para este país y la región de la crisis haitiana.

Pero en interés de sensibilizar a autoridades y líderes internacionales no se puede caer en desatinos como el de la misión enviada a Canadá para abordar con representantes de la nación el impacto de la crisis haitiana.

La misión es innecesaria y los integrantes de la comisión la desnaturalizan.

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La preside el viceministro administativo Andrés Lugo Risk y la componen el vicecanciller José Julio Gómez, el escritor Manuel Núñez, el sociólogo Julio Ortega Tous, la presidenta del Partido Liberal Reformista, Karina Aristy; el presidente del PDI, Ismael Reyes; del Partido Solidario Cristiano, Soraya Aquino, y del BIS, José Francisco Peña Tavárez.

No parecen los representantes más idóneos para abordar en Canadá la situación ni tampoco que haya necesidad de la misión. Menos después de la anunciada intervención de Kenia.