Opinión Articulistas

Cuidado con la xenofobia

Cuidado con la xenofobia

Susi Pola

Cuando líderes/as políticos utilizan narrativas de descrédito contra periodistas y/o personas u organizaciones que trabajan desde la sociedad civil supliendo necesidades sociales, con seriedad y de manera crítica, contribuyen a la difusión de la desinformación y cuando generan o repiten este tipo de falsas noticias, es muy grave.

El informe Tendencias Mundiales en el Desarrollo de los Medios de Comunicación y la Libertad de Expresión, UNESCO 2019, ya decía desde entonces que había una tendencia mundial al «uso prevalente de una retórica hostil a los medios de comunicación, así como el descrédito de la información periodística veraz y de interés periodístico».

Y esto, también es xenofobia, un concepto que refiere a la hostilidad, el odio y recelo a las personas extranjeras y que también se aplica a la fobia hacia grupos de etnias o razas diferentes o hacia personas de perfil social, cultural y política, que, por ignorancia generalmente, se imagina un peligro.
A cuento viene porque en nuestro país hay indicadores graves de xenofobia generalizada y, autoridades y academias, deberían ampliar las investigaciones en ese sentido antes de desmentirla internacionalmente y para enfrentarla.

Para ejemplo, respecto a las personas migrantes haitianas -documentadas o no- cuando vemos los comentarios en las redes y hasta en los medios tradicionales, donde hay mucha gente prejuiciada, son difundidas desde la xenofobia a partir de un discurso de odio, un fenómeno complicado que necesitamos desmontar para mirar la cuestión haitiana sin tanta ofuscación.

Dominicanos y dominicanas debemos superar esa especie de esquizofrenia, entender que hay una historia común, distorsionada a conveniencia, porque es una necesidad para avanzar como un pueblo sano, y eso, es tarea para toda la dirigencia política y de poder nacional.

La xenofobia es complicada, con causas sicológicas, sociales, culturales, históricas y educativas, es miedo a lo desconocido, demuestra nuestra necesidad de identidad y pertenencia, resentimiento y hostilidad hacia quien no conocemos, creencias transmitidas, estereotipos arraigados, pero, sobre todo, mucha ignorancia de otras culturas.

Tenemos una gran falta de exposición a la diversidad cultural y el miedo, inventa por nosotros. Nuestra educación sobre la tolerancia y la inclusión es deficiente y caemos en la tergiversación y manipulación fácilmente. Además, la xenofobia es peligrosamente grave y llega a grandes agresiones morales y físicas, hasta el asesinato.

Si queremos ejemplos, los tenemos nacional e internacionalmente y de una inmoralidad total: limpiezas étnicas llamadas “guerras”, deportaciones masivas, inhumanas y racistas, discursos de odio e intolerancia en las conversaciones que es la regla en estos momentos.
¡Cuidado!