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Cuidar los datos de violencia

Cuidar los datos de violencia

Susi Pola

Llaman la atención los titulares indicando que, la Policía Nacional, asegura la reducción de la tasa de violencia de género en particular y los hechos de criminalidad en general, en los últimos meses, a partir del programa “Mi país seguro”, afirmando que, las acciones conjuntas -comenzadas apenas hace un mes- han reducido en 21% estas violencias en comparación al año anterior.

Con casi cuarenta años moviéndonos en la investigación a la Violencia Contra la Mujer y las Niñas, VCM y N, en el país, nos parece que hay que ser “científicamente” cuidadosos en niveles institucionales cuando se dan estas cifras sin el rigor de análisis necesario. Más, teniendo en cuenta como las instancias estatales se manejan desde la visión administrativa político partidista de permanente búsqueda del poder, sin dar importancia a la necesidad de un sistema de registro veraz y no manipulable.

En el caso de las violencias sociales, particularmente en las basadas en el género, son los programas de desmonte sociocultural de prácticas, actitudes y conocimientos estereotipados y prejuiciados, los que van a producir cambios, pero jamás en el corto plazo y siempre y cuando, sea una política pública sostenida que impacte la generación que la recibe. Y aquí, lamentablemente, no pasa eso.

Para tener un panorama de la magnitud de la violencia que viven las mujeres, hay que contar con datos estadísticos técnicamente bien levantados, cierto, pero mucho más que eso. Reunir datos sobre la prevalencia, incidencia, impacto de los diferentes tipos de estas violencias, y sobre sus causas y consecuencias, es el punto de partida para que, esas estadísticas, cumplan el objetivo de desarrollar acciones preventivas.

La VCM y N, es un fenómeno socio cultural de salud y de derechos humanos, como propuesta unilateral de una mitad de la humanidad a la otra, que implica consecuencias sociales graves y así debe ser investigada, con un enfoque de género, a partir de todo proceso para identificarla, cuantificarla y contenerla.

Identificar la violencia contra la mujer implica partir de indicadores sesgados al género que señalen la práctica asumida como “normal” en esta sociedad patriarcal que hay que desarmar para sobrevivir mujeres y niñas. Y crear instrumentos que la reconozcan para levantar los datos, no es tan mecánico.

Una estrategia o programa de prevención da resultados en el mediano y largo tiempo y hasta consume una generación, cuyo promedio es de 20 a 30 años, cuando las personas nacen, crecen y se convierten en adultas.

Tengamos más responsabilidad y seriedad.