El interés puesto por el Gobierno en transparentar el patrullaje policial motiva una investigación seria sobre la muerte de tres jóvenes en Sabana Perdida en un supuesto intercambio de disparos con agentes del cuerpo.
Testigos de la balacera y familiares de las víctimas dicen que estos celebraban un cumpleaños cuando los agentes de la Policía comenzaron a dispararles. Los muertos fueron identificados como Joel Antonio Brito Báez, de 23 años; Steven de Jesús Zapa, de 27, y Jarlin de los Santos, de 22.
Aunque familiares y vecinos dicen que los jóvenes no eran delincuentes sino muchachos alegres y trabajadores y que estaban desarmados, la Policía los acusa de la comisión de robos y atracos en la zona.
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Una exhaustiva investigación puede determinar si en verdad los jóvenes cayeron en un enfrentamiento, como ha dicho la Policía, o si fueron ejecutados por los integrantes de la patrulla.
Al margen del desafío que el suceso representa para el proceso de reforma de la Policía, la ministra de Interior, Faride Raful, y la procuradora general de la República, Yeni Berenice Reynoso, tienen que intervenir para que se aclare el suceso.