Luis Segura, a quien se considera el padre de la bachata, cerró un ciclo con la exitosa presentación en la Gran Arena del Cibao, en Santiago, con que puso fin a su dilatada carrera musical.
A sus 84 años de edad, El Añoñaíto puso a vibrar y a aplaudir a los asistentes a su espectáculo “Fin de la historia”.
Además de un ícono de la música de amargue, un género que sacó de las velloneras para llevarlo a los escenarios más exclusivos, Segura es considerado un caballero.
Son sus condiciones artísticas y cualidades personales las que le han ganado el respeto y la admiración de su vasta legión de seguidores.
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Sus temas más conocidos como “Pena”, “Corazón de acero”, “Traicionera”, “Amorcito de mi vida” y “No te separes de mi” formaron parte del repertorio con que decidió despedirse de los escenarios con un concierto para la historia. Su despedida, como su canción, es una pena.