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La otra crisis.-

Decir que estamos sitiados por una grave crisis sanitaria y por otra de tipo económico equivale a llover sobre mojado.

Lo que no tenemos claro es cómo ni cuándo saldremos de ellas y, más aun, en qué condiciones quedaremos.
El coronavirus le pondrá fin al debate demagógico, sobre si se invertimos o no suficientes recursos del Estado en el sector salud. La economía sufrirá, de golpe y porrazo, traumáticos y profundos ajustes.

En el corto y mediano plazos no más turismo y pocas remesas. Hechos imposibles de asimilar para quienes permanecen en las comunidades de Punta Cana y Bávaro, por ejemplo. De otro lado nuestras menguadas finanzas públicas no alcanzan para asumir el doble papel de gran demandante y gran proveedor de la economía y financiador de empresas e individuos.

En resumen, ¿podrá el Estado sostener durante dos o tres meses la carga de toda la demanda y oferta del país? ¿Pagar los salarios propios y los de las empresas privadas cerradas?

Sera cuando pase lo peor que los dominicanos veremos el verdadero y feo rostro del COVID 19. Veremos millones de desempleados, hoy clase media baja o pobres, reducidos a indigentes que, como decía Marmeladov a Raskolnikov en Crimen y Castigo: “En la pobreza conserva uno el orgullo nativo de sus sentimientos: en la indigencia no se conserva nada (,,,)”.

Ahora bien, aparte las crisis esbozadas, nuestra sociedad parecería estar incubando otra tan peligrosa como las pre citadas. Por ejemplo, se va haciendo consenso que las elecciones presidenciales previstas para el 17 de mayo habrá que buscarles una nueva fecha. Pero se aspira a que dicha fecha sea razonable, en función de la variable sanitaria, y también en atención a la fecha de traspaso de mando presidencial establecida constitucionalmente para el próximo 16 de agosto. Nuestra Constitución no dice que hacer si el país no puede hacer elecciones presidenciales antes de agosto y, por su lado, el coronavirus no sabe de constitución. Lo razonable, pues, seria evitar una crisis constitucional, un limbo presidencial y, por tanto, necesitamos realizar las elecciones entre junio y julio proximos.

El Nacional

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