Si hay dinero para construir plantas, pues el Gobierno debe pagarles. Esa puede ser la filosofía de los generadores al blandir su arma de doble filo sobre el atraso en el pago por el servicio. Desde ya pueden anticiparse los efectos: si en un tiempo prudente no se pone al día con el pago de una deuda que la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE) ha estimado en 776,830,262 millones de dólares los apagones volverán como en sus buenos tiempos. Esta nueva crisis replantea la necesidad de explorar una solución definitiva al actual esquema eléctrico.
Los generadores, que alegan que el Gobierno tiene cuatro meses de atraso en el pago de la deuda, no tienen más que reclamar que se honre el compromiso. Y más cuando están a punto de agotar sus recursos para mantener el suministro de energía a las distribuidoras. Nada se puede alegar como no sea honrar el compromiso como garantía para mantener el suministro de energía y la sostenibilidad del sistema a corto plazo.