A la par con el gremio de los maestros, la Asociación Dominicana de Controladores Aéreos reclama aumento salarial de más del cien por ciento, petición imposible de cumplir por el Instituto de Aviación Civil (IDAC), por lo que la sola amenaza de paralizar el tráfico aéreo constituye una expresión de irracionalidad e imprudencia que atenta contra la economía nacional.
Esa asociación exige un incremento salarial que en término absoluto oscila en una escala de 86 mil a 180 mil pesos mensuales para un servicio técnico cuyo salario mínimo es de 74 mil pesos, lo que supone una exageración, si se toma en cuenta que los ingresos públicos no alcanzan para tanto.
A los controladores aéreos les asiste derecho de reclamar aumento salarial a partir de parámetros objetivos como el referido al índice general de precios (IGP) o supeditado al mejor de los acercamientos entre lo ideal y lo posible, sin ignorar que sus funciones son de orden público y altamente vinculadas con la seguridad nacional, por lo que las palabras paro o huelga deben ser excluidas del léxico de ese sindicato.
Alienta saber que el Instituto de Aviación Civil y la Asociación de Controladores han reasumido el camino de la negociación, por vía de una carta de Ruta que incluye la voluntad de acordar una adecuación salarial que sea posible de aplicar, así como identificar las deficiencias técnicas en el sistema de navegación aérea, con fines de que sean abordadas y resueltas.
Las autoridades del IDAC han elaborado una propuesta de reajuste salarial a favor de los controladores de tráfico aéreo y demás aéreas técnicas de la institución, lo que significaría un buen motivo de arranque hacia el conveniente estadio de racionalidad, responsabilidad y buen juicio.
El presidente Danilo Medina ha proclamado que el turismo constituye el eje transversal del esquema de desarrollo que ejecuta el Gobierno, por lo que un indeseado paro o interrupción del tráfico aéreo afectaría muy severamente a la aviación comercial y a República Dominicana como destino turístico.
No se niega que los empleados de instituciones públicas y descentralizadas requieren de un reajuste salarial, pero es menester que asociaciones, gremios y sindicatos exhiban moderación acorde con la angustiosa crisis económica y el difícil entorno internacional, máxime si como remedio a ese malestar financiero, el Gobierno se ha obligado a reducir el déficit fiscal de 6.9% del PIB a 2.7%.
El Instituto de Aviación Civil y la Asociación Dominicana de Controladores Aéreos tienen la oportunidad de, mediante el diálogo fructífero, ofrecer a la sociedad dominicana la mejor lección de cómo se resuelven los conflictos sin incurrir en imprudencia e irracionalidad. Que así sea.
