El Parque Nacional de La Caleta ubicado a la entrada del aeropuerto de Las Américas y que era un lugar de atracciones turísticas y excursiones de estudiantes de todas partes del país, pasó ahora a ser un nido de delincuentes ante la indiferencia de las autoridades gubernamentales y municipales.
La fuente que allí existía y que con sus luces y chorros de agua provocaba a viajeros y turistas a pararse y tomarse fotografías, es ahora un nido de ratas, de recreo de animales y hasta depósito de desperdicios por parte de personas desaprensivas.
A esa situación se añade el hecho de que hombres y mujeres de los diversos sectores pertenecientes a La Caleta se adueñan en horas de la noche del parque para consumir estupefacientes y realizar acciones indecorosas, sin que ninguna autoridad les ponga freno.