Editorial Opinión

Difícil de convencer

Difícil de convencer

Se comprenden las razones por las que migrantes cubanos y haitianos realizan travesías peligrosas por el mar Caribe o marchen en caravanas terrestres hacia la frontera entre México y Estados Unidos, pero es difícil identificar las urgencias que agobian a tantos dominicanos que los inducen a asumir esos riesgos.

La Armada Dominicana informó que rescató cerca de las costas de Puerto Plata a ocho náufragos, de un grupo de 12 que zarpó desde Sánchez, Samaná, con rumbo a Puerto Rico, en una embarcación de fabricación artesanal. Los otros cuatro se lanzaron al mar provistos de chalecos salvavidas.

Con mucha frecuencia guardacostas dominicanos y de Estados Unidos avistan y rescatan a decenas de dominicanos y extranjeros que emprenden travesías con destino a Borinquen en frágiles yolas, cuyo abordaje requiere el pago de cientos o miles de dólares. Son muchos los que mueren ahogados.

Se alega que la gente arriesga su vida en el mar o en la selva centroamericana en busca de un objetivo peligroso y costoso de alcanzar porque sufren acoso económico o porque desean un mejor futuro para su familia.

Esos argumentos no resultan convincentes porque no son pocos los migrantes que pagan más de 900 mil pesos (US$16,000), para viajar a Guatemala y desde ahí internarse en la selva en recorrido por inhóspitos senderos hasta México, para desde ahí reemprender otra marcha no menos peligrosa hasta la frontera estadounidense.

Las estadísticas indican que una minoría de esos migrantes logra alcanzar la meta de arribar a Estados Unidos, en viajes en yola a Puerto Rico o por la frontera mexicana. La inmensa mayoría son apresados y deportados, y otros muchos mueren en el intento.

Contrario a Cuba y Haití, la dominicana es una economía resiliente, que creció en 2022 por sobre un 5%, con un PIB superior a los US$113 mil millones, reducción del desempleo y de la pobreza. Entonces, ¿por qué cada vez más dominicanos se arriesgan a abordar una yola o internarse en la selva?.

El Gobierno tendrá que desalentar a esos potenciales migrantes indocumentados decididos hoy a emprender esas peligrosas aventuras, pero primero tendrá que convencerlos de que aquí la situación económica es tan promisoria como dicen las autoridades y que se pondría mucho mejor, tarea un poco difícil.

El Nacional

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