Opinión

Ebola y derechos humanos

Ebola y derechos humanos

Una enfermera estadounidense puesta en cuarentena obligatoria al regresar de África se quejaba de que sus derechos fueron violados y que «ponerla en prisión», era simplemente inhumano. De la misma manera, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU advierte que si las cuarentenas no se diseñan bien, incurren en la violación de derechos fundamentales y pueden acelerar la propagación de la enfermedad.

En Sierra Leona, las Ordenanzas para la Prevención del Ébola y otras Enfermedades, introducen penas de hasta seis meses de prisión para toda persona que albergue a alguien que haya, o pueda haber, contraído el ébola. Estos usos del derecho penal pueden ser contraproducentes, pues acrecientan el miedo y la desconfianza en el seno de las comunidades y entre las comunidades y las autoridades.

Liberia, uno de los países mas afectados en este reciente brote, ha recurrido a medidas draconianas para controlar la enfermedad, incluso ha aislado barrios enteros en la capital. A todo esto se suma que las iglesias cristianas acusan al grupo LGBT de causar la epidemia. Para los líderes religiosos, el ébola es un castigo divino, un enfado de Dios por la corrupción y los actos inmorales como la homosexualidad.

La enfermedad descubierta en 1976, producía brotes epidémicos cada año, sin embargo, fue ignorada por los gobiernos, hasta ahora, cuando se reconoció su potencial para devenir en una gran catástrofe. La aparición de casos en zonas de mucha población y con mucho flujo migratorio, además las tradiciones de mandar a enterrar los muertos en su lugar de origen, provocó que cuerpos sin vida infectados con ébola viajaran diseminando el virus sin ningún control.

El ébola al igual que la tuberculosis, y el SIDA, avanza donde se interceptan la pobreza crónica, la carencia de servicios públicos adecuados y la falta de confianza del público en las autoridades. Colocar a la gente en cuarentena sin los cuidados y la atención adecuados así como la imposición de cargos legales dificultan el control del a epidemia. Todos los sospechosos o infectados con el virus deben ser tratados con dignidad.

El Nacional

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