Este Domingo de Ramos se inician las celebraciones de Semana Santa, con las cuales la Iglesia católica conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, pero a causa del coronavirus este año no habrá procesión ni liturgias presenciales para evitar contagio de la pandemia. Oración y devoción serán online desde los hogares.

En correspondencia con las medidas para contener la propagación de esa pandemia, las autoridades han prohibido los viajes al interior del país durante la Semana Mayor, ni aun en los casos donde la intención sea guardar cuarentena en los lugares de destino.

La población está compelida a obedecer al pie de la letra la disposición oficial que prohíbe los viajes de la capital a ciudades de provincias o entre municipios, como también debe ser comprensiva ante la decisión del papa Francisco de prohibir procesiones de Cuaresma y celebrar la eucaristía sin presencia de fieles.

Las medidas de restricción anunciadas por las autoridades son las mismas que se aplican en todo el mundo como forma de combatir la pandemia, que incluyen virtual cierre del Vaticano, mezquitas, museos, playas, sitios históricos o turísticos, por lo que aquí se apela al sentido de obediencia y sacrificio de todos los ciudadanos.

Lo que ahora se pide, y se espera merecer, es la absoluta comprensión ciudadana ante el suceso inédito de una pandemia que ha contagiado a más de un millón cien mil personas y causado la muerte a más de 60 mil ciudadanos, sin que se tenga certeza del día cuando la humanidad quede liberada de esa pesadilla sanitaria.