Como es tradición, con la elaboración del Plan Decenal de Educación, denominado Horizonte 2034, se ha cumplido. La formulación de la estrategia para garantizar y mejorar la calidad de la enseñanza es siempre un importante paso al frente.
El problema ha estado en la ejecución del programa por las frecuentes interrupciones de la docencia protagonizadas por la ADP (Asociación Dominicana de Profesores) y otros males que arrastra el sistema educativo.
De no asumirse con responsabilidad el compromiso que implica, el plan aprobado por el Consejo Nacional de Educación se reducirá a un simple protocolo.
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Las autoridades tienen la obligación no solo de habilitar y equipar planteles, sino de velar para que el profesorado esté a la altura de la competencia, como mínimo, de las materias que se imparten. Pero en lugar de generar optimismo no hacen más que provocar dudas al flexibilizar la auspiciosa evaluación de desempeño docente.
Las autoridades educativas tienen que desplegar todos sus esfuerzos para que se aplique, en beneficio de la enseñanza y el desarrollo del país, ese Plan Decenal que se acaba de aprobar. Los males que lastran el sistema de enseñanza han estado identificados desde siempre, pero ha faltado voluntad para enfrentarlos.
Si se aplica, el plan Horizonte 2034 puede representar un importante paso de avance en cuanto a garantizar y mejorar la calidad de la enseñanza. A ese respecto, Educación, Educa y demás actores también deberían ponerse de acuerdo.