Opinión Articulistas

El aguaes vida

El aguaes vida

Hugo A. Ysalguez

El agua es vida, no la desperdicie”; rezaba un mensaje de Radio Continental propiedad de Pepe Justiniano, quien era un defensor de los recursos naturales. En estos tiempos, observamos con pena y tristeza, muchas extensiones tierras desérticas en nuestro país, a consecuencia del corte indiscriminado de árboles que han erosionado nuestros bosques provocando daños cuantiosos a los ríos que se alimentan a través del preciado líquido, recurso que debemos proteger enfrentando enérgicamente a los depredadores de nuestra Flora.

En torno a este tema de vital importancia, el Ing. Leonardo Mercedez actual aspirante a presidir el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrónomos, (CODIA), nos envía la siguiente nota:
“El agua, más que un bien natural, constituye la base esencial de toda forma de vida, soporte de los ecosistemas y elemento indispensable para la salud, la seguridad alimentaria, el desarrollo económico integral y sostenible y la estabilidad social de los pueblos; es, por tanto, un patrimonio vital y estratégico para las naciones.

En cuanto patrimonio natural universal, el agua trasciende su dimensión material para convertirse en bien común de la humanidad, cuya preservación, protección y gestión sostenible representan uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo.

“Pero este valor no es nuevo. A lo largo de la historia el agua ha determinado el rumbo de las civilizaciones; las grandes culturas antiguas, como la Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates, el Egipto “Don del Nilo”, la civilización del Indo y las comunidades precolombinas en los Andes y Mesoamérica se asentaron, florecieron y organizaron en torno a los ríos, manantiales, lagos y humedales de la región.”

“Así, el agua no solo es fuente de vida biológica, sino también de vida social y cultural, está presente en los rituales de nacimiento y muerte, en las fiestas religiosas y comunitarias, en la medicina tradicional, en la poesía y en la música; las fuentes de agua son espacios de memoria, identidad y pertenencia, muchos pueblos indígenas aun la veneran como ser viviente y espiritual.

“Desde hace décadas, la comunidad internacional ha venido construyendo un marco normativo y ético que reconoce el valor intrínseco del agua.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (Estocolmo, 1972), la Declaración de Dublín sobre el Agua y el Desarrollo Sostenible (1992) y, más recientemente, la Agenda 2030 con su Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6, de “Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”, son hitos que reflejan el consenso creciente sobre la urgente necesidad de preservar y proteger este bien común natural.

“Y, como para sellar con broche de oro el reconocimiento del valor universal del agua como bien común y patrimonio de la humanidad”.