Hace mucho, mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.
El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: ¡¡por favor, arbolito!!, y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol.
Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: sigue haciendo magia. Entonces el niño dijo ¡Gracias, arbolito!, y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que por favor y gracias, son las palabras mágicas.
Un aviso
Semana invita a los escritores de literatura infantil a que aprovechen este espacio, a fin de que contribuyamos a incentivar el hábito de lectura en los niños. Las colaboraciones deben ser acorde con el espacio disponible.
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