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El ejercicio ético

El ejercicio ético

José Antonio Torres

Voy a hablarles de tres cosas básicas. Estas cosas son simples, pero ponerlas en práctica de una manera seria y profesional, al calor del ejercicio del periodismo en una campaña presidencial, no es simple.

Para los periodistas que ejercen este oficio con pasión no debe haber nada más importante que la ética en medio de un proceso electoral. En República Dominicana tenemos dos a la vuelta de la esquina.

Jamás debemos perder de vista, que a pesar del crecimiento de las redes sociales y surgimiento de los “periodistas ciudadanos”, la credibilidad sigue siendo la principal arma de un buen reportero.

Un periodista que pone en peligro esa credibilidad no sirve ni a la sociedad ni a su profesión. La credibilidad se construye sobre muchas cosas. De ellas, una de las más importantes es la percepción.

Si las personas perciben que hemos perdido la credibilidad, de hecho la hemos perdido. Por lo tanto, los periodistas, como la esposa del César, debemos evitar incluso que los demás tengan la percepción de que algo se está haciendo mal.

Siempre habrá excusas para violar los parámetros éticos establecidos por periodistas que con su ejercicio, y a través de décadas de sacrificios e incluso ofrendado vidas nos han mostrado con claridad cuál debe ser nuestro papel en la sociedad.

Es preciso que nos demos cuenta de que ponemos nuestra credibilidad en peligro cuando cometemos cualquier tipo de violación ética, ya sea pequeña o grande. Un reportero que recibe dinero de un candidato o de un partido es inútil para la sociedad, para sí mismo y para su medio de prensa.

Los periodistas dominicanos siempre estamos en una especie de cuerda floja cuando tenemos que cumplir campañas electorales, dados los intereses que se juegan y que a veces chocan con los nuestros de manera personal o con los de los propietarios de los medios donde trabajamos.