Editorial

El futuro es hoy

El futuro es hoy

Gobierno, liderazgo político y sector empresarial no deberían olvidar que República Dominicana aun padece la afectación de una pandemia que ha generado crisis económica y sanitaria con riesgo de que devenga en crisis social, por lo que urge afrontar con seriedad y celeridad los temas urgentes y apremiantes.

Las alzas de precios del petróleo, de materias primas de origen agrícola e industrial, así como las dificultades para importar gas natural y carbón mineral, oscurecen en el corto plazo el panorama económico nacional, agravado por una previsible reducción de las divisas que remiten dominicanos residentes en el exterior.

El Poder Ejecutivo inicia el diseño del Presupuesto General del Estado para 2022, sin el menor indicio de que al menos se discutirían en el seno del diálogo político perfiles de un posible Pacto Fiscal o forma de aplicar el Pacto Eléctrico sin afectar grandemente a la clase media y sector productivo.

El empresariado brega para que se modifique la figura de la cesantía laboral porque afirma traba la generación de empleos, sin que se tenga claro si un seguro de desempleo a cargo del Estado no resultaría mucho más costoso o inviable para la economía.

La anhelada reforma a la Seguridad Social no ha sido tratada siquiera de soslayo en las sesiones del diálogo político, a pesar de que afloran crisis en la composición del Sistema de Pensiones y en las Administradoras de Servicios de Salud.

No se vislumbra freno a las alzas de precios, por lo que el costo de la canasta familiar se torna inmanejable para los quintiles con ingresos menores a 23 mil pesos mensuales, pero también la clase media se queja de incrementos en servicios como electricidad, combustibles, educación y salud.

El Presupuesto para 2022 llevaría en su seno un déficit fiscal aun mayor al que se aplica actualmente, en virtud de que el precio del barril de petróleo se prevé al alza, al igual que otros commodities, y que no se resolvería la crisis de los furgones durante el primer trimestre del año entrante.

Gobierno y Congreso no deberían confundir con flores aromáticas el camino plagado de espinas al que conduciría un endeudamiento febril destinado a suplir el déficit presupuestario.

Las circunstancias aconsejan que Gobierno, liderazgo político, empresariado, sector sindical y sociedad civil dejen de dar vueltas en círculo y se centren en discutir abordaje de solución a problemas acuciantes que aguijonean a la población. Mañana puede ser muy tarde, el futuro es hoy.

El Nacional

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