Hace días que moría por contar las teorías de Elena, porque al analizarlas, veo en ellas una graciosa verdad, que todo el mundo tiene de frente, pero no la profundiza.
Es una verdad femenina, que ya deberían leer los masculinos.
Elena sufrió por más de cinco años la separación irregular que tuvo con su esposo Marcos. Irregular, porque sin que no pasara nada fuera de lo normal entre parejas con tres hijos, el de repente un dia, llegó a la casa cuando nadie estaba, arregló una pequeña maleta y se fue.
Dias, meses y años y no sabian nada de Marcos. Era como si la tierra se lo hubiera tragado a petición propia, mientras ella se preparaba para asumir su casa, sus hijos pequeños y la vida.
Fue exactamente 5 años después, cuando ella ya tenia todo el dominio de la situación y comenzaba a conocer alguien que le interesaba, cuando una terrible llamada le dio un giro de 360 grados a su vida. Era Marcos, quien con voz queda le pedía perdón. No le dejaba hablar, lloraba y rogaba ser perdonado.
Mientras ella intentaba gritarle y negarse a escucharlo, él rogaba y rogaba, diciendo que nunca los habia olvidado, que habia rodado por las calles en busca de un mejor futuro y no lo habia encontrado.
Ella no le hizo caso, pero sus hijos sí. Y fue asi, como hoy, Marcos, que llegó destruído de Estados Unidos, entró nuevamente en su casa, claro está, para dormir en el cuarto del fondo.
Ella supo que el hizo su vida allá, se divirtió, desperdició su tiempo y ahora estaba enfermo y arruinado, por lo que no creía ni se conmovia de sus quejas ni lamentos y mucho menos lo aceptaba como pareja, solo lo habia recibido por sus hijos.
Y aquí viene la base de sus teorias. Elena dice que los hombres siempre vuelven donde las mujeres buenas, porque la bondad la alcanzan a ver muuuuuuy tarde.
Dice, y sé que muchas mujeres lo han vivido, que ellos te dejan un dia por el mismo motivo por el que se fueron: por buenas.
Buscan una mala, para divertirse, pero ésta, por su clara condición los acaba, y es entonces cuando vuelven a soñar con el hogar limpio, tranquilo y en paz.
Ven noche tras noche en su lecho vacío y maloliente, a la fémina que le ponía sábanas limpias y las cambiaba cada tres días. Van luchando dia tras día para doblegar su orgullo y zasss se deciden a llamar, porque la buena está ahí. Así regresan. Y eso, la verdadda mucha risa.