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El Nobel de Corina Machado se lo negaron al coronel Benoit

El Nobel de Corina Machado se lo negaron al coronel Benoit

Llegará Corina Machado con el premio más prestigioso de la historia, el Nobel de la Paz que por decisión de su creador se le otorga a la persona o entidad que durante el año anterior le haya prestado a la humanidad los mayores servicios; trabajado a favor de la abolición, o reducción, de los ejércitos; por la promoción de acuerdos que busquen el entendimiento pacífico y la fraternidad entre las naciones.

Méritos por los que en el pasado fueron reconocidas seis personalidades latinoamericanas, cinco hombres: los argentinos Carlos Saavedra y Adolfo Pérez Esquivel; el mexicano Alfonso García Robles; el costarricense Oscar Arias Sánchez; el colombiano Juan Manuel Santos; y una mujer, la guatemalteca Rigoberta Menchú.

Corina Machado es la segunda mujer, y la séptima personalidad latinoamericana que recibe este premio, definido por el Diccionario Oxford de Historia Mundial Contemporánea como “El premio más prestigioso del mundo, otorgado para la preservación de la paz”.

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Para quienes se oponen al presidente Nicolás Maduro, que en el país de Corina Machado la mitad de la población no quiere, pero que la otra mitad más uno lo aplaude y se obstina en reelegirlo, será fácil explicar la pertinencia del galardón; en este momento no puede ser más oportuno; pero a ella le resultará una carga inexplicable y muy pesada, porque para justificarse acreedora tendrá que darle vueltas a su postura confrontacionista con la mitad más uno de la población de su país y marcarle distancia a sus patrocinadores, conocidos fabricantes de armas y promotores de guerras generadoras de exterminio humano. Gaza –Palestina. Justo, la negación de la negación de lo que Alfred Nobel quería.

Su trayectoria está definida por la acción política para la búsqueda del poder; no se les conocen posturas ni acciones altruistas que estén dirigidas al entendimiento en su país ni en ninguna otra región del mundo. Muy por el contrario: le ha pedido a una potencia extranjera que intervenga militarmente en su patria, lo cual, de suceder, acarrearía una tragedia humanitaria, bañando en sangre a Venezuela y esparciendo las consecuencias por toda Latinoamérica. La convulsión sería tan tremenda, y los resultados tan catastróficos, que afectaría durante años, tal vez siglos, en lo político, económico y social.

La postura de María Corina Machado es muy parecida a la del coronel dominicano Pedro Bartolomé Benoit, jefe de la aviación y presidente de la Junta Militar golpista, quien el 27 de abril del 1965 solicitó dos veces al presidente Lyndon B. Johnson, que envíe sus tropas a invadir Santo Domingo para instaurar la paz, a su mejor gusto y estilo.

Cito al embajador John Bartlow Martin: “…el coronel Benoit, en representación de la Junta solicitó formalmente por escrito del gobierno de los Estados Unidos que proporcionase su “ayuda militar inmediata y sin límites” para terminar con la rebelión que, según declaraba la Junta, estaba dirigida por comunistas armados que querían convertir el país en otra Cuba”.

Ese mismo día más de mil dominicanos murieron combatiendo en La Batalla del Puente Duarte, una de las más heroicas de la historia nacional.

Si hoy la Academia ha honrado a la líder extremista venezolana por acciones idénticas a las de aquel jefe castrense golpista, los académicos suecos actuaron de manera injusta y discriminatoria, tal vez porque fuera un negro dominicano, al declarar desierto el premio ese año 1966, negándole el Nobel de la Paz a Pedro Bartolomé Benoit, a quien legítimamente le correspondía por la misma razón que se lo dieron a Corina Machado.

Gabriela Mistral, cuando le dieron el Nobel de Literatura en 1945, repartió el dinero del premio entre los niños pobres del Valle del Elqui, la tierra donde nació, y entre niños víctimas del genocidio judío.
¿Corina Machado mostrará la magnanimidad de la eximia poeta chilena, y repartirá el dinero recibido, entre huérfanos del genocidio palestino?
El autor es poeta.

Por: Rafael Pineda
rafaelpinedasanjuanero@gmail.com

El Nacional

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