El papa Francisco murió hoy a los 88 años, el primer pontífice latinoamericano que ensenó a los católicos a “vivir los valores del evangelio con fidelidad” y encaminó a la Iglesia católica por un profundo sendero de transformación para lo cual tuvo que enfrentar al poderoso conservadurismo eclesiástico.

Jorge Mario Bergoglio, ascendió al trono de Roma el 13 de marzo de 2013, cuando escogió el nombre de Francisco, en honor al santo fundador de la Orden Franciscana, una de las figuras más relevantes del catolicismo, que predicó en la más estricta pobreza.

Francisco desarrollo su sacerdocio bajo el manto de la Compañía de Jesús, en las villas miseria de Buenos Aires, Argentina, una conjunción de sencillez y fortaleza que lo ayudó a forjarse como obispo y convertirse en el 166 sucesor de Pedro, en sustitución del renunciante papa Joseph Ratzinger, Benedicto XVI.

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La muerte del santo padre, acaecida después que fue dado de alta de un hospital de Roma, donde permaneció por 37 días por grave neumonía, viste de luto al mundo cristiano y en especial a la iglesia latinoamericana, a la que representó en Roma con dignidad, valor y humildad.

Con el aliento de la muerte a su espalda, Francisco apareció en público en su papamóvil por última ayer domingo, en la Plaza San Pedro, notablemente fatigado, para impartir la tradicional bendición Urbi et orbi, donde solo pudo desear unas felices pascuas a los fieles.

Bergoglio emprendió la renovación que no pudo accionar Benedicto, quien dimitió al sentirse hastiado por las intrigas y la corrupción de la curia, pero los cambios impulsados por Francisco llegaron a asomarse al ventanal de una revolución que estuvo a punto de dividir a la Iglesia de Roma, por la resistencia de los conservadores.

El papa Francisco saneó el banco de la Santa Sede, enfrentó firmemente a los pederastas, al punto que una vez hizo dimitir a toda la Conferencia Episcopal chilena. También aprobó que los sacerdotes puedan administrar bendiciones a parejas en situación irregular.

La muerte de Francisco es motivo de pesar en todo el mundo, porque fue un reformador de la Iglesia, que vino para promover y defender la justicia social, enfrentar la iniquidad, el discrimen y la exclusión, el pontífice que abrió los portones de Roma a toda la humanidad.