Los grupos populares del Cibao ponen su incidencia a prueba con el paro en la región que han convocado para el lunes 24, una fecha cargada de simbolismo por marcar el inicio de la revuelta de abril de 1965.
Las demandas de obras, muchas de las cuales tienen años sin ejecutarse o que se iniciaron y no se han terminado, así como el aumento general de salarios rodean el movimiento de intereses al menos suspicaces.
La gobernadora de Santiago, Rosa Santos, consideró que antes que llamar a huelgas se debe explorar la vía del diálogo para buscar soluciones a las necesidades de la región.
La funcionaria resaltó que el presidente Luis Abinader se ha mostrado siempre abierto a escuchar las necesidades de la población, por lo que las puertas del diálogo se han mantenido siempre abiertas.
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Sin embargo, la gobernadora fue cáustica al advertir que de no acatarse la invitación a dialogar las huelgas entonces lo que procuran es molestar, mantener la comunidad en zozobra y provocar saqueos de negocios.
La fecha escogida otorga otra connotación, aunque sus promotores no se lo hayan propuesto, a la huelga convocada en el Cibao.