En lugar de eliminarlo, como se había sugerido, el Gobierno y la alcaldía del Distrito Nacional se han decantado por rescatar el mercado de la avenida Duarte.
Por el impacto económico de la plaza no solo como centro de abastecimiento, sino en la vida de los sectores vecinos, la intervención parece la más atinada. La vida de muchas familias de la periferia gira en torno a un mercado que constituye la principal fuente de abastecimiento de productos agropecuarios.
El Fideicomiso para la Modernización de Mercados de Abastos de Santo Domingo se ha ocupado de tranquilizar a los comerciantes con la aclaración de que el registro es una medida de control, pero no para privatizar los espacios.
El rescate que se proponen las autoridades, para lo cual se trabaja en un censo que servirá de base para diseñar un plan de desarrollo, tiene necesariamente que incluir educación de los usuarios y consecuencias frente a la arrabalización de los espacios.
Lee también: El alarmante auge del contrabando de cigarrillos en la frontera
Al no valerse por el orden, la conservación y la higiene de las instalaciones, el caos no ha tardado en imponerse en las operaciones. El rescate del mercado modelo es necesario, pero también una estricta administración de los espacios.

