Sobran las razones para que el orgullo patrio se desborde hoy y siempre como gratitud y admiración al padre de la patria Juan Pablo Duarte y Díez.
El natalicio del patricio Juan Pablo Duarte, del cual se cumplen este domingo 212 años, es una de las ocasiones más propicias no solo para rendirle merecido tributo, sino para abrevar en su pensamiento, integridad y compromiso con la independencia, soberanía y bienestar la nación.
Las exaltaciones, desfiles y las coronas de flores son importantes para honrar su memoria, pero el mejor homenaje a un hombre que sacrificó su vida y los bienes de su familia en aras de la independencia es replicar sus principios.
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Duarte no era ningún idealista, sino un hombre despojado de odios y rencores, para quien los intereses patrios estaban por encima de las ambiciones particulares o de poder.
Al cumplirse hoy otro aniversario de su nacimiento, el 26 de enero de 1813, los dominicanos deben por lo menos reflexionar sobre la vida y la obra del Padre de la Patria.
El Nacional
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