Editorial

El rol de Senasa

El rol de Senasa

El ministro de Trabajo, Luis Miguel De Camps, ha dicho que el Gobierno prepara la revisión de la Ley de Seguridad Social a los fines de enviar al Congreso Nacional su posición en torno a la modificación de ese estatuto que no ha sido objeto de revisión desde su promulgación hace 20 años.

La comisión bicameral que estudia el proyecto de reforma al régimen de seguridad social ha sostenido encuentros con delegados del Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS), Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril), Tesorería de la Seguridad Social (TSS), Ministerio de Salud y Seguro Nacional de Salud (Senasa), entre otras instituciones.

No hay dudas de que para alcanzar un relativo consenso en torno a la modificación de esa ley se requiere de un intenso diálogo entre sector gubernamental, empresarial, sindical y propias instituciones del sistema, que abarcaría temas tan complejos como la revisión del Código Laboral y de la Ley de Pensiones.

La agenda de discusiones debería iniciar por temas menos complejos que pueden ser abordados incluso por vía administrativa, como la puesta en vigencia por el Senasa del Seguro Subsidiado Contributivo que dignificaría la vida de miles de empleados y trabajadores informales.

El Gobierno dispuso otorgar seguro subsidiado, cuya cápita mensual es de 210 pesos, a todas las personas que por razones económicas o de desempleo no figuraban en la Seguridad Social, pero resulta que el régimen fue diseñado para núcleos sociales inmersos aun en pobreza extrema o imposibilitados de ingresar a la población económicamente activa.

El Seguro Contributivo Subsidiado, que figura en la Ley de Seguridad Social, permitiría que pequeñas y medianas empresas y sus empleados que lo deseen aporten en conjunto 700 pesos mensuales, lo que sumado a los $530 prometidos por el Gobierno, igualaría la cápita del Régimen Contributivo que patrocina el Senasa.

Los trabajadores y sus familias que juntos a su empleadores se acojan a este régimen de seguridad social, pueden acceder al ahorro con fines pensional, al Seguro de Accidentes Laborales y las estancias infantiles, además de disponer de cobertura médica en centros médicos privados y no solo en los estatales.

En vez de crear productos dirigidos a un mercado de clase media alta, como el mentado Seguro Premium, el Servicio Nacional de Salud debería preocuparse por ofrecer cobertura de calidad a los trabajadores informales que representan más del 50% del empleo nacional, como sería la activación el Seguro Subsidiado Contributivo.

El Nacional

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