Opinión

El silencio de los dioses (II)

El silencio de los dioses (II)

Por:  Chiqui Vicioso

luisavicioso21@gmail.com

 

 

Sergio Ramírez cuenta en el prologo de la totalidad de los cuentos de Juan Bosch, que para vencer sus resistencias artísticas Don Juan:
“…se dio como una obligación, que él mismo llamó sagrada, la de organizar todo su pensamiento de modo que los dominicanos conocieran su historia y cómo y por qué se produjeron sus hechos. Perseguía, como el mismo lo había dicho, iluminar la mente de los dominicanos, descubriendo, mediante el análisis de los acontecimientos históricos la causas que los provocan”.
Para hacerlo, nos dice Minou Tavarez Mirabal, que:

“Parecía que la pelea entre esos dos amores incompatibles (la literatura y la política) la ganó la política”.
Dar a conocer nuestra historia y por qué se produjeron los hechos que normaban nuestros destinos, e iluminar la mente colonizada de nuestros pueblos, embarca a Don Juan en un periplo que lo lleva por toda América Latina, y el Caribe.

En 1937, Trujillo ordena la matanza de los haitianos, y ese mismo año toma Don Juan, a quien la dictadura pretendía convertir en Diputado, la decisión de salir del país, argumentando un viaje por motivos de salud a Puerto Rico, patria de su madre.
“Hasta ese momento, (1938), nos dice Don Juan, yo había vivido con una carga agobiante de deseos de ser útil a mi pueblo, sobre todo si era latinoamericano, pero para ser útil a un pueblo hay que tener condiciones especiales, y ¿Cómo podía saber yo cuales condiciones eran esas, y como se las formaba uno mismo si no las había traído al mundo, y como las usaba si las había traído”.

Don Juan llega a La Habana en enero del 39 desde Puerto Rico, para supervisar y dirigir la edición completa de las obras completas de Hostos; funda el PRD el 21 de enero y dicta una serie de conferencias en el Instituto Hispano-Cubano de Cultura y en el Club Atenas, sobre la República Dominicana. Publica cuentos y artículos en las revistas puertorriqueñas Alma Latina y Puerto Rico, y en la revista Carteles. Ese mismo año viaja a México para asistir al Primer Congreso de la Central de Trabajadores de América Latina y dejar constituida la Sección Mexicana del PRD. En abril de 1942 viaja a Nueva York para formar la Seccional del PRD y ese mismo año regresa a La Habana y organiza el Primer Congreso del PRD, el 29 de marzo de 1943.

De ese periodo (1943), data una carta de Juan Bosch de 1943 sobre el drama de Haití, enviada a los intelectuales Emilio Rodríguez Demorizi, Héctor Incháustegui y Ramón Marrero Aristy, en la que les reclama dar trato digno a los haitianos.

El Nacional

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