Al libro publicado, no necesariamente puesto en circulación, le asalta el olvido contra la voluntad del autor; primero, sobre cada una de sus páginas, sus historias, su otra historia que esconde celosamente y por último la del lector. La acompaña el olvido cual sombra se posa en una hoja caída, desde su contenido hasta su autor.
A veces sobrevive el título del libro, otra el autor y lo que se quiere, que no siempre sucede, la de las historias escritas con esmero, del género de ficción llamado cuento, saqueado de la realidad, un sentido de la realidad trastornada.
¿Qué quiere el autor? Sobrevivir en la memoria del lector. Todo esto puede pasar y no pasar.
Lo peor que le puede pasar al autor de un libro que merezca ser leído y disfrutado es no desatar en los contemporáneos cierto interés por su afición de detective salvaje, que identifiquen los orígenes de sus historias y la de los saqueos que hizo con los autores célebres del género, o en el mejor de los casos, recordarles a sus contemporáneos, con esa misma temática, abordada en el libro del él.
En los dos últimos años, específicamente desde 2021, Eloy Alberto Tejera publicó dos libros de cuentos en un mismo año. La pregunta sería: ¿Por qué? No hay porqué sino buscar dar la cara en la narrativa dominicana con nuevas historias en el género de cuento, con técnicas depuradas e historias que recojan al lector en su propia realidad, tanto intelectual como humana.
Historias de cosas que les suceden a determinados seres que les hace pensar cuando ya es tarde en determinada ciudad que se tornan en pesadillas.
El primer libro, Historia crueles de NY. Editorial Búho, 2021. Breves relatos afines al Colt 45 y cuchillos bien afilados, denso en propuestas destructivas de una realidad que los personajes nos transforman, como lector, porque van reacondicionado nuestro punto de vista de determinada sociedad que se vende como salvación, o lo que sea, y a esos individuos la realidad de ese entorno les da duro para sepultarlos nuevamente e incinerarlos sin ton ni son en la memoria.
Todos los personajes de esos cuentos están revestidos de un realismo, ¿sucio?, para nada.
Sin ánimo de ser profeta de ningún vivo y ni la apariencia lo ayuda, el autor provoca al lector que de sus lecturas no va a salir ileso.
Historias contadas con sañas y determinación para hacer cambiar de camino o aceptar que se está jodido por nuestro proceder, no, por el destino. De ahí en adelante se puede caer en cualquier especulación metafísica, con una pata menos o no, respecto a los cuentos.
El segundo libro de cuentos, que responde al santo y seña de Novelita de Baquero, Editora Búho, 2021, consta de 16 relatos no ya tan breves como Historia Crueles de NY.
El mismo título remite a un grado de humor ascendente, pues cuando se cuenta en relatos que no exceden las siete ocho páginas (bastante para un cuento ser bien contado, por su economía de lenguaje y de acciones connotativas) para decir algo, totalmente diferente respecto a las viñetas densas y afiladas, como deben ser las historias resumidas en una cuartilla del libro anterior, sin ecos del que manejan la cuchilla, sin desmerito del tajo mortal y enfundarla a tiempo, por supuesto.
Novelita de vaquero nos amplía las perspectivas creativas de este escritor que un mismo año pública, dos libros en 2021, que quisiéramos olvidar al igual que el anterior, pero ¿Cómo apelar al olvido cuando está precedido de las muertes de los amigos y conocidos y la de uno que estuvo a un guiño de resbalar a la oscuridad de la oración? Sobrevivimos que es lo que importa, mañana ya nos tocará a nosotros, no por las mismas causas.
Ponderar libros con historias de una realidad que da en la cara, teniendo como excusa llamar la atención del lector sapiente y los adquieran y ya en sus casas lo olviden, podría pensarse que no está en consonancia con las ponderaciones, un tanto general, de los aportes de los libros, en este caso, de cuentos, de un escritor con talento y dedicación de sobra, para otros ámbitos de la creación literaria, lo que nos hace ponderar que los juicios emitidos líneas antes solo podrían ser válidos, si usted lector hace el esfuerzo de rescatarlos del olvido y buscarlos para degustarlos, para pasar a formar parte de los personajes y las historias de Historias crueles de NY y Novelita de Baquero.
El autor es escritor.
Por: Amable Mejía
amablemejía1@hotmail.com
