Empresarios de origen latino, que sufren las consecuencias de las deportaciones masivas y las amenazas de Donald Trump contra sus compatriotas, se han sumado a las protestas contra la política migratoria del gobierno estadounidense.
La batalla en la calle la habían librado los grupos defensores de los derechos humanos, pero los empleadores han decidido dar la cara al entender que Trump se ha excedido en la persecución y descalificaciones de los hispanos.
Alertado por los efectos negativos de las deportaciones en la agricultura y el área hotelera, Trump ha bajado la guardia en ambos casos.
Estados Unidos ha estado a punto de quedarse sin mano de obra, que dicen los empresarios latinos es tan necesaria en distintas actividades económicas, por la incertidumbre de las deportaciones. No solo se echa del país a ilegales, sino a legales que pueden no tener en su poder los documentos que amparan su residencia al momento de ser detenidos.
A la cruzada el Gobierno ha incluido más de seis mil migrantes, en su mayoría latinos, en la base de datos de personas fallecidas, eliminando de esa manera la posibilidad de que puedan trabajar legalmente o solicitar beneficios sociales.
Empresarios latinos en Nueva York reclamaron también a Trump que deje de atacar a los inmigrantes, porque la economía estadounidense los necesita para seguir adelante, como se demostró tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y la pandemia de la covid-19.