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Esperanza con esperanza

Esperanza con esperanza

Eduardo Álvarez

Ocurre siempre y en todas partes. La gente ama y defiende lo que le pertenece, efecto reflejo del sentido de territorialidad que se apodera de nosotros cuando vivimos en comunidad. Es siempre gratificante sentirse seguro y en confianza. Ser uno para todos y todos para uno. ¡Hay esperanza! Así fluyen los mejores sentimientos.

Uno percibe que, entre nosotros, los hijos de Esperanza, este común sentimiento de pertenencia tiene la particularidad de irse renovando y reafirmando con los años. Ni siquiera los crecientes y gélidos avances tecnológicos, registrados en las últimas tres décadas, han disminuido este ejercicio de humanidad y sociabilidad que tanto nos une.

¿Nostalgia o antídoto para combatir las insostenibles presiones a las que nos vemos sometidos en la ciudad? No. Más bien, expresión sincera de fe, y aceptación de que un buen ayer siempre compromete un mejor mañana.
El afecto y la solidaridad no se pierden por más que el tiempo pase.

Sea cual sea el motivo, lo cierto es que los esperanceños de aquella generación nunca hemos dejado de ser una gran familia. Siempre nos convoca un invariable y sagrado espíritu de cuerpo, de hermandad. Todavía vamos y entramos en las casas de cada uno de nosotros, indistintamente, sin tocar a la puerta. Están siempre abiertos para todos y cada uno. Cada acontecimiento, doloroso o alegre, nos reúne y une indistintamente en el abrazo solidario o jubiloso.

Las manifestaciones de afecto y solidaridad, de parte de amigos y nativos, recibidas recientemente por la pérdida de nuestra madre, se hicieron presentes de manera tan extendida y cálida, que nos han servido de gran soporte y consuelo en este momento de profunda tristeza.

Agradecemos el abrazo recibido de esperanceños de todos los sectores, quienes se unieron a nuestra familia y amigos para dar el último adiós a nuestra madre amada. Presentes todos de manera física, mediante llamadas telefónicas, mensajes virtuales y con flores, nos comprometen en el recuerdo de los años e invita a renovar los votos que nos unen a nuestro pueblo en el amor y la responsabilidad por un mejor futuro para esta gran patria chica que nos vio nacer y crecer.