A finales de de 1998 uno de los más importantes analistas políticos que han surgido tras el fin de la guerra fría , Zbigniew Brzezinski, en su renombrada obra , El Gran Tablero Mundial, hace una espléndida reflexión geoestratégica sobre el papel que jugaría China en este nuevo orden mundial.
Brzezinski en la página 163 del referido libro, no sólo revela 10 años antes que China se encaminaría a lograr ser la segunda potencia económica mundial, sino que se convertiría en una potencia regional desplazando a Japón y los demás Estados que comparten esa parte del mundo.
Esas afirmaciones hechas por el reputado asesor geopolítico del Departamento de Estado de los Estados e inminente académico norteamericano, hace más de una década, vienen a revelar que China ciertamente es uno de los países más influyente en nuevo escenario mundial.
Hay que decir en honor a la verdad, que las aspiraciones de China de seguir ampliando su influencia en el escenario geopolítico son innegables.
Ahora bien, para palpar esta verdad sólo tenemos que observar con detenimiento que de manera sutil pero consistente, este país asiático está desarrollando una política política exterior agresiva de penetración e influencia en todo el mundo que hace pensar que estamos ante otra Diplomacia del Dólar como la ejecutada por los Estados Unidos en el siglo pasado en América Latina.
Según uno de los cables filtrados por WikiLeaks que recogían conversaciones de Estado de unas de las mujeres más influyente y poderosa de este siglo, la destacada abogada y política estadunidense , Hilary Clinton, en una conversación sobre China en 2009 con el entonces primer ministro austriaco Kevin Rudd se refirió a China de la siguiente manera:-
¿Cómo se puede tratar de manera dura a tu banquero?,
Esta expresión, salida de los labios de la jefa de la diplomacia de Washington aunque pueda escucharse algo irónico, pone de relieve, sin lugar a dudas, el papel de china como gran prestamista del mundo y el peso especifico que tiene para la primera potencia mundial como lo es los Estados Unidos.
En ese sentido, es bueno señalar lo que han afirmado algunos analistas internacionales los cuales confirman -de nuevo que China también es el banquero de los países en vía de desarrollo .
Para que los amigos lectores tengan una idea de los que estamos analizando, es interesante que conozcan que de acuerdo con el estudio realizado por el periódico económico británico The Financiar Times, los bancos El China Development Bank y el China Export Import Bank ofrecieron prestamos a gobiernos y compañías de países en desarrollo por valor de US$110.000 millones entre el 2009 y el 2010.
Hay que destacar, que China está prestando más dinero a los países subdesarrollados que los propios organismos financieros multilaterales internacionales formales, tal es el caso del como del Banco Mundial.
Según indica el mismo periódico en referencia a los países en vía de desarrollo entre la mitad de 2008 y la mitad del 2010, la cantidad prestada por el Banco Mundial fue de alrededor de US$ 100.000 millones.
En el mismo informe encontramos que el Gobierno de China tiene disponible cerca de dos billones de dólares (US$ 2.000.000.000.000) de reservas en divisas extranjeras disponibles para financiar préstamos que ayuden a promover sus objetivos estratégicos en todo el mundo .Ojo con China.
Hay que resaltar, sin embargo , que los bancos chinos no divulgan información detallada sobre los préstamos concedidos en el extranjero, sino que esta investigación se fundamenta de los anuncios realizados por los gobiernos o las empresas sobre los tratos acordados.
De acuerdo con los expertos internacionales, esto podría significar que la cantidad real prestada sea mayor que la concluida por el estudio ya que algunos acuerdos sensibles se mantienen en secreto.
El debate
El debate sobre si China tiene una estrategia global se basa principalmente en que China sabe de que el Este está en auge y el Oeste en declive, y este auge está ocurriendo durante una época que se parece a la situación después de la Primera Guerra Mundial.
Muchos de los académicos en China están de acuerdo en que el poder militar no debería ser un factor importante en el desarrollo de su estrategia global.