El retroceso glaciar en la Antártida Occidental comenzó en la década de 1940
Thwaites y Pine Island comparten una historia común de adelgazamiento y retroceso, lo que corrobora la opinión de que la pérdida de hielo en la Antártida occidental está controlada predominantemente por factores externos más que por la dinámica interna del glaciar o cambios locales, como el deshielo en el lecho del glaciar o la acumulación de nieve en la superficie.