La reforma de la Policía ha sido un proceso escabroso, que en honor a la verdad no ha generado mucha ilusión en la población.

El optimismo que podía abrigarse se pierde cada vez que un agente es vinculado con algún tipo de homicidio, abuso o delito.

Pero la evaluación de 1,372 agentes para realizar labor de patrullaje sugiere un avance en el proceso de reestructuración del cuerpo. La Policía no solo necesita sangre nueva, sino un nuevo modelo para cumplir con su misión de preservar el orden público y garantizar la seguridad ciudadana.

El cuerpo informó que para efectuar la labor se ha evaluado a 917 agentes para patrullaje, 353 para mandos medios, 80 para supervisión de nivel intermedio y 22 oficiales superiores. La evaluación se ha definido como parte del plan piloto del nuevo modelo de servicio que contempla implementarse desde finales del mes entrante en Naco, la Ciudad Colonial, Santo Domingo Este y Santiago.

La reestructuración de una institución como la Policía, que tuvo en la represión su modo operandi, no es una tarea sencilla. Pero desde un primer momento había que saber que era poco lo que se podía avanzar en el proceso de profesionalización y modernización con la misma estructurada del pasado.

Entre los males que han manchado la imagen del cuerpo no solo están los abusos, sino la corrupción. Que se evalúe a los agentes para el desempeño del patrullaje y cualquier otra función es un importante peldaño que se avanza en la reestructuración del cuerpo.