La noticia del despido del cotizado dirigente Fernando Tatis Padre, ha sacudido al béisbol profesional dominicano.
El Estrellas de Oriente, mediante una extensa nota informativa, justificó la decisión alegando “la manifiesta inconformidad de un significativo número de jugadores, a raíz de unas declaraciones emitidas por el dirigente en su contra”.
Añadió además que las palabras de Tatis “pusieron en entredicho el liderazgo necesario para alcanzar los objetivos del campeonato”.
Pero, ¿qué fue exactamente lo que dijo Tatis?
En un programa radial, el veterano dirigente expuso una serie de situaciones internas que, lejos de parecer exageradas, retratan problemas profundos y conocidos dentro del béisbol de invierno.
Tatis afirmó que “la liga atraviesa por una etapa marcada por la falta de competitividad y la excesiva delicadeza de algunos peloteros”.
Señaló también que, día tras día, su cuerpo técnico enfrentaba un rompecabezas para armar la alineación debido a jugadores que reportan molestias mínimas o que simplemente no desean participar.
Agregó que la labor en el dugout se ha vuelto desgastante, porque los mánagers y coaches pasan más tiempo atendiendo excusas y conflictos menores que concentrados en el juego mismo. Incluso sostuvo que muchos jugadores adoptan una conducta que obliga al staff técnico a comportarse como “niñeros”, situación que —dijo claramente— lo tenía agotado.


Las declaraciones pueden sonar duras, pero también suenan reales.
Son quejas que no sólo parecen verosímiles, sino que, en esencia, coinciden con inquietudes que desde hace años circulan de manera informal dentro del béisbol dominicano.
Entonces, la pregunta obligada es: ¿Por qué cancelar a un hombre que está diciendo la verdad? Las fallas que Tatis señaló —si se enfrentaran con responsabilidad y propósito— no harían daño al equipo, por el contrario, lo fortalecerían.
Despido injustificado o decisión precipitada, lo cierto es que el dirigente no habló con irrespeto ni con ánimo de destruir. Habló desde la experiencia, la preocupación y la frustración de quien quiere ver un mejor producto en el terreno de juego.
Desde esta humilde tribuna, expresamos un firme espaldarazo al exdirigente del equipo Oriental.
Fernando Tatis Padre tuvo el coraje de ponerle el cascabel al gato, diciendo en voz alta lo que muchos susurran.
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Su denuncia no es un ataque: es un llamado urgente a la reflexión. A veces, la verdad incomoda, pero siempre es necesaria.
Sinceridad y valor envuelven sus palabras, y por eso merecen ser escuchadas, no castigadas.
Héctor García
hectorgarciasr@gmail.com

