Opinión Articulistas

Feudos del Gobierno

Feudos del Gobierno

Manuel Fermín

Tengo amigos, no cómplices”, ha expresado el presidente Abinader, tratando de definir su posición ante el eterno debate de la corrupción en el Estado, y a la vez desmarcarse de las actuaciones dolosas de los funcionarios de su gobierno. ¡Bienvenidas sean sus palabras! Sin embargo, creo que el Presidente debe reflexionar más sobre esta cuestión, pues al juzgar la realidad de estos hechos, no bastan las normas como muro de contención pues bajo cualquier circunstancia es difícil erradicarla.

Un detalle importante es la permanencia en el cargo sin ser auditado, y, además, confiándole gastos de campaña, el incumbente se siente protegido, “echa raíces”, consolida su dominio, y avanza confiadamente. Esto eleva nuestra percepción de desconfianza y comienza a fluir todo ese tufo mal oliente de inconductas, como ha sucedido recientemente, y que ha sido la evidencia para actuar.

Es decir, no ha sido un proceso de auditoría rigurosa, de análisis profundo, y menos del sobajeado “desvelo” presidencial, simplemente es de sencilla observación. Lo que digo vale para toda la administración, no de casos aislados, y se confirma cuando el esfuerzo se desvanece al observar áreas oscuras que no se tocan: ¡feudos!.

Incluso, los mandatarios crean estados de opinión que son caldo de cultivo para que se aniden corruptos preferidos, porque aun siendo destituidos de sus cargos, muy cuestionados sus desempeños, todavía inciden oficialmente en tareas del Gobierno, prevaleciendo más la fidelidad partidaria o la amistad con el Ejecutivo.

Los ejemplos, huelgan. Indudablemente este proceder también es un atractivo, que parece que, a la hora de contener la ola delictiva contra el Estado, es un factor determinante para que no ocurra. Entonces, la transparencia en sí no es más que fabulación, entretenimiento, engaño.

En este tiempo en que estos ataques contra el patrimonio público cobran más cuerpo, como si la normalidad en la democracia es defraudar al Estado, es necesario y urgente fortalecer cada día las expectativas depositadas en el compromiso político de quienes están llamados a defenderlo.