Noticias importante Reportajes

Frontera vulnerable

Frontera vulnerable

DAJABÓN. La vulnerabilidad de la franja fronteriza en esta provincia, limítrofe con el territorio haitiano, hace prácticamente imposible evitar su traspaso con poca dificultad hacia ambos lados, predominantemente desde el vecino país hacía el lado dominicano.

No obstante, entre autoridades militares, gubernamentales, consulares e instituciones no gubernamentales existe la percepción de que en los últimos meses se ha reducido el número de extranjeros que ha logrado evadir la vigilancia instalada en el lado dominicano, la que ha sido reforzada, tanto en la franja responsabilidad del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) como en la del Ejército de República Dominicana.

Al parecer, esas medidas tienen su origen en que cada día menos haitianos indocumentados son detenidos en las zonas urbanas y rural de aquí, quienes de inmediato son llevados a dos centros de acogida establecidos en la fortaleza Beller y en las instalaciones del Cesfront, de aquí.

El coronel Luis Ernesto D’Oleo Díaz, coordinador en esta demarcación de ese organismo especializado en protección fronteriza, atribuye la reducción de la cifra de haitianos que intentan penetrar ilegalmente al país, a la efectiva vigilancia militar que se despliega en los poco más de cinco kilómetros de longitud de la frontera correspondientes a esta provincia.

Sostuvo que en estos momentos son arrestados un promedio diario de 50 ilegales en la parte urbana, sorprendidos mientras ofertan diferentes mercancías en las vías públicas.

Otros son arrestados en campos y barrios de aquí y son llevados a dichos centros de acogida, y de inmediato entregados a las autoridades de la Dirección General de Migración establecidas en esta ciudad, las que proceden a regresarlos a Haití en autobuses destinados para esa tarea.
Antes de ser designado hace poco más de un mes, el coronel D’Oleo Díaz desempeñó responsabilidad similar en Elías Piña, por lo que está en capacidad de definir esta parte de la frontera como más proclive a intentar ser burlada por haitianos y dominicanos que buscan la manera de guarecerse en los vecinos territorios.

Lo fundamental es que a este municipio y a Juana Méndez apenas los separa el río Masacre, que puede ya ser cruzada sin mucha dificultad incluso en vehículo, porque sus aguas prácticamente no existen.

Al efecto, apenas un tercio del lecho de dicho río, otrora caudaloso y que indirectamente contribuía a evitar el trasiego en la frontera, hoy apenas se desplaza por allí tan poca agua por un tercio de su superficie.

Es habitual observar en la ladera haitiana mujeres y hombres de la vecina nación aprovechando el poco líquido que discurre por el Masacre para lavar las ropas de sus casas, así como motores y bicicletas.

La tétrica panorámica se torna más deprimente, porque en las proximidades del puente que sirve oficialmente para comunicar esta ciudad con Juana Méndez, palas mecánicas realizan excavaciones desde hace semanas. Esto con el objetivo de construir un paso que será destinado exclusivamente para el tránsito de peatones, trabajos laceran mucho más parte de lo que antes era el referido río.

La proximidad de ambas franjas fronterizas, abandonada por completo en el litoral haitiano, posibilitad el trasiego humano, de mercancías, armas de fuego y vehículos, lo que es más difícil por la zona sur del país.

Para cumplir con la tarea encomendada, los miembros del Cesfront disponen de camiones, camionetas de doble cabina y motocicletas, así como el funcionamiento de un drone, que es un vehículo aéreo no tripulado.

Por medio de este visualmente pueden acceder a lugares apartados de la frontera y así detectar movimientos de personas listas para traspasarla ilegalmente, propiciándose de esa manera su rápida ubicación, apresamiento y posterior deportación.

El coronel D’Oleo Díaz dijo que el aparato es manipulado desde un camión militar y que esa labor está bajo la responsabilidad de dos oficiales y dos alistados, entrenados por la institución para esos fines.

Mientras que la gobernadora provincial, Ramona Rodríguez, no visualiza la manera cómo pueda “sellarse” de manera definitiva la parte fronteriza correspondiente a esta provincia.

“Es demasiada la longitud de la frontera, a lo que se suma la cantidad de puntos que logran establecer dominicanos y haitianos para traspasarla de manera ilegal”, subrayó.

La representante local del Poder Ejecutivo no dejó de reconocer lo que calificó como “gran esfuerzo” que realizan el Cesfront y el Ejército de la República, de cumplir con la encomienda de sus superiores para que nadie cruce de manera irregular.

“Pero es que la frontera es muy porosa, sin ningún tipo de vigilancia militar en la franja correspondiente a Haití, mientras que nuestros guardias humanamente hacen más de lo que pueden, en base a una tarea titánica movida fundamentalmente por su compromiso de servir a la nación”, agregó.

La principal funcionaria en esta provincia es de opinión de que últimamente se ha reducido el intento de haitianos de ingresar a los predios dominicanos de forma ilegal, a la gran cantidad de ellos cuya permanencia en esta parte de la isla fue regularizada el pasado año.

“Ahora son menos los deportados, pero parece la historia de nunca acabar, porque las autoridades los deportan pero casi de inmediato regresan aprovechando la vulnerabilidad de la frontera”, declaró.
Otro entrevistado sobre el particular fue Arsenio Jiménez, dominicano de origen haitiano, quien nació en el batey Inocencia, del ingenio Santa Fe, de San Pedro de Macorís.

Se trata de un pastor religioso y quien desde 1994 dirige una congregación en la vecina comunidad de Juana Méndez.  Desde hace nueve años trabaja al servicio del consulado haitiano en esta ciudad y su misión es velar porque a los nacionales de ambas naciones se les trate con dignidad y justicia al momento de enfrentar dificultades legales.

También él entiende que el tráfico ilegal de personas ha descendido en los meses recientes, pero está consciente que no será fácil poner término a esa realidad.

Aunque admitió que la vigilancia militar en esta parte de la frontera ha ido mejorando, Jiménez es de opinión de que algunos haitianos sorprendidos por uniformados logran ingresar a territorio dominicano “porque se produce algún tipo de entendimiento entre ellos”.

Puntualizó que la extensa frontera, desde Manzanillo hasta la comunidad de Tirolí y que en esos lugares hay puntos vulnerables, al igual que en Restauración, Capotillo, Don Miguel, La Vigía y Sanché y otras demarcaciones. Alonzo Padul, un haitiano que dirige en Juana Méndez el departamento de migración de socorro y derechos humanos, consideró que en estos momentos menos compatriotas suyos ingresan al territorio dominicano.

El Nacional

La Voz de Todos