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FUTBOL SOLO FUTBOL

FUTBOL SOLO FUTBOL

La experiencia ha de tomarse en cuenta

Dicen por ahí que la experiencia no se improvisa. Eso es verdad.
El pensamiento de Albert Einstein refuerza esta sabia reflexión popular: El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información. La experiencia no se puede crear, hay que experimentarla.

Aquel que a lo largo de su vida ha recorrido caminos, descubierto atajos, rutas alternas y hasta callejones sin salida, puede relatarnos como han sido sus viajes, vivencias y aprendizajes.

Al hacerlo, las nuevas generaciones podrán viajar más rápido para comenzar
a transitar por nuevos caminos a partir de ahí.

Definitivamente, la experiencia reduce los tiempos de aprendizaje.

¿Cómo se relaciona la experiencia con el fútbol?

Paciencia, sigan leyendo y lo entenderán.

En la milenaria cultura oriental, los adultos/mayores son el pilar de la sociedad, la base de la jerarquía social y personas tan respetadas como escuchadas.

Desafortunadamente, en las sociedades occidentales no ocurre lo mismo. La fugacidad de la vida hace que los ‘antiguos’ quedemos fuera del juego.

En la práctica estamos muertos, aunque oficialmente, no estemos informados del suceso.

La importancia de  los entrenadores

Tanto en la vida corriente como en el fútbol, tendría que haber una unidad de criterios acerca del valor de los entrenadores. Mientras que, para los jugadores, padres/madres y medios de comunicación, los entrenadores representamos un eslabón fundamental en el desarrollo del fútbol, para las instancias administrativas -en la toma de decisiones técnicas- no existimos.

Esta degradante realidad, es universal.

En un enriquecedor Simposio de Entrenadores que tuvo lugar en Antalya (Turquía) participamos de una experiencia reveladora. Los asistentes, provenientes de 34 países diferentes, fuimos agrupados por idioma y, se nos formuló la misma pregunta:

¿Qué incidencia tienen -en la toma de decisiones técnicas de nuestras respectivas Federaciones- los entrenadores de fútbol?

La sorprendente y unánime respuesta fue: NINGUNA.

Dolorosa realidad. Constatar que, en la gobernanza de nuestro deporte, los entrenadores no tenemos ninguna incidencia, es humillante y dicotómico.

Para un sector de la sociedad, somos vitales, mientras que para la institución que nos arropa, no contamos. Al no existir una unidad de criterios, el crecimiento y desarrollo armónico de la disciplina se perjudica.

En medio de esta nueva normalidad, aspiramos a que en las decisiones técnicas que involucren el presente y futuro del fútbol nacional, la opinión de los entrenadores experimentados, sea tomada en cuenta.

Antes que contratar a nuevos entrenadores, deberíamos -con objetividad- considerar al que ha dirigido con ética profesional y ha logrado buenos resultados.

El que ha entrenado a niños/as en el país, dirigido a un club dominicano, así como a la selección absoluta, posee una valiosa EXPERIENCIA que no podemos ni debemos obviar.

Sabemos que cada gestión tiene su ‘librito’ y sus consejeros pero, cuando se trata de la selección nacional hay que recordar que la EXPERIENCIA acorta los tiempos de aprendizaje.

Por: Jorge Rolando Bauger
jbauger@hotmail.com

El Nacional

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