Los que solo reciben las noticias de occidente o únicamente las rusas, oyen nada más una campana. No tienen posibilidad de un juicio objetivo. Poseen una opinión tendenciosa.

En el primer escenario, creerán lo que dicen los Estados Unidos de América (EUA), que bien es de Norteamérica, la Unión Europea (UE), los voceros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Inglaterra, Japón y Ucrania. Y en el segundo caso, se inclinarán por Rusia, China, Corea del Norte, Cuba, Venezuela y Nicaragua. Son dos bloques enfrentados. El mundo peligra.

Cuando el primer bloque se dio cuenta del poderío que vienen desarrollando Rusia y China, decidieron, con la OTAN por delante, asfixiar a Rusia. Para quitarse el pie del cuello y evitar el cerco, Rusia accionó contra Ucrania. Y puso al mundo en vilo.

En efecto, el ataque militar de la Federación Rusa contra la República de Ucrania destapó la caja de Pandora. Todos los demonios, vicios y males de las relaciones internacionales, que se mantenían soterrados, solamente conocidos por los involucrados en el conflicto y por los expertos en geopolítica, salieron a la luz pública. Cada uno comenzó a enseñar el refajo.

Ahora las personas, reflejando los dos bloques claramente definidos, que buscan sin contemplaciones repartirse el mundo, tienen sus opiniones y juicios divididos, según los intereses o las posiciones políticas que sustenten. Es así y no puede ser de otra manera.

Para los que están con el bloque capitaneado por EUA, Rusia es una nación agresora y abusadora, que se ha cogido con la militarmente débil Ucrania. Y que lo único que busca el gran oso del Este es adueñarse de las inmensas riquezas territoriales, agrícolas, mineras, acuíferas y en biodiversidad que posee su víctima.

Así Vladimín Putín, como presidente de la Federación Rusa, busca devolverles la grandeza y el esplendor en la arena internacional a los rusos. Quiere recuperar la moral y el orgullo de su pueblo. Y ganar el respeto que cree merecer en el juego de los imperios, y en el nuevo orden mundial.

Sin embargo, para los que se alínean con el bloque que encabeza China, ven a Rusia como la que está colocada en las azarosas circunstancias de pelear o morir.

Y explicarán esa desesperada situación Rusa, con el agigantamiento que ha venido experimentando la OTAN. Ha procurado afiliar en su seno a los países que resultaron independientes con el desmoronamiento de la hoy desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Prueba de eso son las integraciones a la OTAN de Lituania, Letonia, Rumania, Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Etc.

Defender el derecho a la libre asociación es correcto. Es un derecho fundamental. Y reconocido por todos en el mundo civilizado.