La expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo, de la que hoy se cumplen 54 años, constituye una de la más extraordinaria expresión de amor, unidad, valor, abnegación y sacrificio de la historia nacional, cuya sangre sirvió para precipitar la caída de una tiranía sin ejemplo.
A más de los 54 combatientes que arribaron por el aeropuerto de Constanza en un avión camuflado con las insignias de la Aviación Militar Dominicana, otros 144 expedicionarios llegaron el 20 de junio enamorados de un puro ideal, 98 a bordo de la lancha Carmen Elsa, por las costas de Maimón, y 48 en la Tinima, por Estero Hondo.
El cáncer de la traición o delación, asociado con imprevistos e inconvenientes de última hora obró en el fracaso militar de la expedición comandada por Enrique Jiménez Moya, de la que solo sobrevivieron, Poncio Pou Saleta, Mayobanex Vargas, José Delio Gómez Ochoa, Merardo Germán y Pablito Mirabal, pues la mayoría de los guerrilleros fueron capturados vivos, torturados y asesinados.
Para poder comprender la magnitud y trascendencia de la expedición del 14 de junio, haría falta recrear la efervescencia patriótica que se reflejaba en Rancho Mil Cumbres, en Isla de Pino, Cuba, donde lo más representativo de la juventud dominicana en el exilio se integró con fervor y devoción a la empresa militar que procuraba el derrocamiento de la tiranía de Trujillo.
La semilla de la libertad abonada por la generación anterior a la Raza Inmortal atrajo a decenas de voluntarios extranjeros que ofrecieron sus vidas por la libertad de los dominicanos como si fuera la de propia patria.
Los expedicionarios de Maimón y Estero Hondo, al mando de Horacio Julio Ornes y Jose Antonio Campo Navarro, fueron virtualmente acribillados por la aviación y la marina trujillista que los esperaba en esas costas del norte de la República, pero la sangre de esos intrépidos patriotas no fue derramada en vano, como lo demostró el episodio del 30 de mayo de 1961.
Las generaciones presentes y futuras tienen la sagrada misión de nunca permitir que se extinga la antorcha de la libertad enhestada por los expedicionarios del 59, a quienes una patria agradecida tributa hoy homenaje a su valor, honor, y grandeza histórica.
Sepan todos que la sombrilla de la democracia que cubre hoy el andamiaje político y jurídico de la nación, fue abierta hace 54 años con la sangre, el martirio, el sufrimiento y la abnegación patriótica de los héroes y mártires de Constanza, Maimón y Estero Hondo.

