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Gobierno de burguesía

Gobierno de burguesía

Danilo Cruz Pichardo

 El presente gobierno, que preside el empresario Luis Abinader, es auténticamente burgués. Se estima que entre el 85 y el 90% de los funcionarios son personas acomodadas, adineradas, pudientes, opulentas y capitalistas. En la presente administración, inclusive, están los tres tipos de burguesía: industrial, comercial y financiera, aspecto que no tiene precedente en la historia social dominicana.

Al iniciar el primer período de Gobierno, en agosto de 2020, desde el poder político se pretendió justificar un gabinete de la oligarquía con el pretexto de que se trata de personas que tienen sus problemas resueltos y, en consecuencia, no sustraerían recursos del erario, cuando la experiencia universal indica que los poderosos se caracterizan por la acumulación insaciable de capital y muchas veces sin importar el origen.

“La avaricia es de naturaleza tan malvada y perversa que jamás sacia su voraz apetito. Y después de comer tiene más hambre que antes”, dijo Dante Alighieri. Los avaros regularmente carecen de empatía hacia los más necesitados o vulnerables sociales, aunque asuman poses mediáticas conrepartos de limosnas, dejando entrever una supuesta preocupación por los sectores más vulnerables. Un teatro.

En el caso dominicano, desde que llegaron al poder, lo que han hecho es confirmar su carácter devorador del dinero del contribuyente. Muchos se sorprenden por la cantidad de personas de apellidos sonoros que han resultado involucradas en actos de corrupción pública, por supuestamente proceder de “buenas familias”, como suele llamárseles a los que tienen abolengo. Se trata de un problema cultural muy viejo el denominar, a los que tienen poder económico, de honorables, empresarios exitosos, distinguidos y talentosos.

    En efecto, son avaros y codiciosos, que se creen con moral para calificar a los miembros de segmentos empobrecidos de “vagos”, que no les gusta trabajar, cuando la causa principal de la pobreza social hay que buscarla en la falta de oportunidades y la exclusión a la educación y la salud, dos pilares básicos para el ascenso en la escala social. No puede haber adecuado servicio de salud en la República Dominicana mientras haya actos dolosos, como el de Senasa, que involucra a miles de millones de pesos, con los cuales se hubieran levantado decenas de hospitales, en la geografía nacional, dotados de equipos y medicamentos. Y en cinco años y varios meses nadie se enteró desde el Gobierno, la denuncia y las pruebas vinieron de otros litorales.

Estos empresarios funcionarios también suelen usar adjetivos de “envidiosos y resentidos” para referirse a los demás, cuando en más de cinco años han sido incapaces de administrar correctamente el 4% del Producto Interno Bruto que se destina para educación, porque ese es un ministerio que solo ha servido como fuente multiplicadora de fortunas mal habidas.

De todos modos, quedó demostrado que administrar con pulcritud los recursos públicos no tiene nada que ver con clases sociales. Y particularmente la burguesía que dirige la nación ha quedado desenmascarada. No es seria, ni nunca lo ha sido. Y con una justicia fuerte e independiente de verdad lo que amerita, por la mala experiencia vivida por los dominicanos, es un estudio profundo del origen de la fortuna que cada uno ostenta.