Santo Domingo-. Cuando Rusia invadió a Ucrania el pasado año, el presidente de Estados Unidos. Joe Biden, pensó que la campaña de Moscú en Kiev no duraría mucho tiempo y decidió apoyar a los ucranianos, con armamentos y dinero.
Biden vio la oportunidad de desgastar a Rusia en el aspecto militar y económico durante el tiempo que durara la guerra entre Kiev y Moscú.
Sin embargo, ha pasado más de un año y el conflicto no parece que va a terminar en uno o dos meses, por lo que los estadounidenses se han visto obligados a erogar más recursos para tales fines.
El gobierno estadounidense se embarcó en una tarea que todo el mundo en Washington pensó que sería corta y, por ello, ofreció todo su apoyo al presidente ucraniano, Volódymir Zelenski.
La amistad entre Biden y Zelenski no es tan larga como muchos piensan. Solo se habían comunicado por teléfono, pero sus vínculos se fortalecieron tras la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia, en 2014.
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Ambos se comunican frecuentemente, aunque Biden se ha molestado en muchas ocasiones debido a la insistencia del presidente ucraniano para que Estados Unidos y sus aliados les envíen más armas y dinero.
Incluso, Biden se molestó en una ocasión, cuando dijo que no era “sargento de suministro” y que “el presidente de Estados Unidos no merece ser tratado así”.
Claro, se refería a la insistencia de Zelenski, a quien muchos funcionarios de la Casa Blanca ven como “un hombre valiente, que quiere salvar a Ucrania”.
Tanto Biden como su equipo de asesores han tratado de convencer al presidente ucraniano de que no podrá vencer a Rusia, en el conflicto que inició el 24 de febrero del pasado año y que no da señales de terminar.
Sin embargo, el mandatario ucraniano insiste en que sus socios de la OTAN (la Organización del Tratado del Atlántico Norte) deben seguir enviándole armas y dinero, para poder hacer frente a las tropas rusas.
Incluso, ha prometido que con aviones de combates vencerá a los rusos, aunque éstos tienen el control del aire y pueden destruir cualquier aeronave enemiga.
Por el momento, Ucrania tiene perdida la guerra, pero Washington y sus socios de la OTAN siguen “atizando el horno” para intentar degastar a Rusia, aunque se cuidan de que el conflicto no escale a una situación fuera de control, en la que la píldora sea peor que la enfermedad.
Si la guerra terminara hoy, con un acuerdo de paz, Rusia se quedaría con el 20% del territorio ucraniano y se mantendría la amenaza para otros países cercanos, como el caso de Moldavia y Georgia.
